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A partir del último tramo de la carretera Manta-río Napo se penetra en la amazonia por lo que fue territorio indígena ancestral Primavera-El Belén. La vía recta abre una enorme cicatriz en la piel verde de la selva de l0 metros de ancha y 30 de derecho de vía que termina en el Nuevo Puerto fluvial pulido y perfecto, todavía en construcción. En los documentos oficiales y empresariales se están imponiendo en la geografía de la amazonia otros nombres sobre los anteriores de río Napo, río Amazonas. Ahora son Hidrovía del Napo, Amazonia y Ciudad de Manaos. Símbolos del dominio del hombre moderno sobre la naturaleza y el ecosistema no conquistado del Amazonas. A los lados de la hidrovía están brotando ciudades del milenio enteras. Su construcción espontánea ha hecho retroceder y arrancado de cuajo la selva: se necesitan además mecánicas, cantinas, prostíbulos, centros de salud, centros parroquiales, colegios. Mas tarde y distribuidos por doquier se requerirán centros turísticos, inmensas haciendas y fundos de las que se habla en los conversatorios oficiales de negocios: “solo la ciudad y el trabajo productivo civiliza al indio”. “Las tierras indígenas ni producen ni consumen”.

¿Se implementará la planificación de las reuniones de gabinetes empresariales y gobiernos: la expropiación de una franja de 1 kilómetro de tierra, a partir de la hidrovía hacia el interior, para dedicarlo a plantaciones y empresas agroindustriales? ¿Se ofertará a los indígenas que dejen sus tierras para que trabajen en esas empresas por un salario? Esta práctica genera acaparamiento de tierras, la expulsión de pueblos y comunidades indígenas de sus territorios, la destrucción de las culturas y los ecosistemas, provocando migraciones y desempleo masivos, emigrantes ecológicos y refugiados climáticos, incrementando las inequidades. Las agroindustrias están imponiendo, bajo el pretexto de la economía verde, monocultivos de soja y maíz  transgénicos, megaproyectos mineros, plantaciones de agrocombustibles y uso de agrotóxicos, grandes plantaciones forestales, construcción de represas, explotaciones hidrocarburíferas en parques de la biosfera, oleoductos y la privatización de los ríos,  lagunas y bosques (red+).

La promesa demasiado rápida de la construcción (“para el 2014 estará funcionando al 100%”) de la hidrovía en el enorme trecho de 2.800 Km es una respuesta económica de mal agüero. Es la obsesión desarrollista del gobierno en la que además se incluye educación, salud para todos,  erradicación de la pobreza y equivalencia de poblaciones sociales. Es arriesgado ligar la supuesta pobreza, miseria e  incultura que se atribuye a los pueblos ancestrales con la corrupción de la riqueza especulativa, la explotación petrolera, la minería y la extracción maderera, en estos humedales y míseros suelos agrícolas de la amazonia. Los reveses sociales y medioambientales que acompañan a los intentos de conquista de la amazonia son conocidos. Solo se contentan y satisfacen con la rapiña, después se van (boom).

Las ciudades del milenio y agrovillas de colonos se planificaron para ocupar espacios vacíos y desarrollar agronegocios, mantenidos con plaguicidas consideradas como “armas de destrucción masiva de la naturaleza”, que matan a los ecosistemas y a los pueblos que durante milenios han vivido, crecido y convivido con la selva, cuidándolos y alimentándolos. La selva amazónica no está vacía: Hay gente que vive en la selva y de la selva. Hay pueblos y comunidades indígenas organizadas con su cultura y sus lenguas. ¿Se verán de la noche a la mañana obligados a desplazarse y a cambiar de modos y ritmos de vida, condenados a ser el “lumpen” de las ciudades? Las consecuencias son siempre las mismas si se admiten los agronegocios: La salida de sus territorios y en muchísimos casos mediante el uso directo de la fuerza.

A principios del siglo pasado Manaos era una de las ciudades más prósperas del mundo, “la metrópolis del caucho”. Solo mencionar su nombre despertaba una mezcla de envidia y admiración: “el París de las selvas”. Con su réplica de la “Ópera de Milán”, el fabuloso “teatro de la Ópera” en cuya cúspide azul y oro se reflejaban los rayos del sol, construido con el mármol traído de Carrara (Italia) y los candelabros de cristal de Venecia que iluminaban una sala para l.600 personas. De nuevo busca convertirse en una isla de progreso en medio de un océano verde cruzado por la hidrovía amazónica del mercado mundial. Un milagro de la OMC y del IIRSA.

Manaos sigue encarnando el sueño del hombre de dominar la naturaleza, moldearla a su antojo,  de ser el escaparate donde se muestran los tesoros extraídos de oro, plata, cobre, diamantes, alimentos y el supermercado de mercadería y productos de punta que ofrece la tecnología de vanguardia. La OMC por el comercio sería dueña de inmensas extensiones del planeta y del control absoluto a lo largo de los ejes e hidrovías que lo enlazan con  Bolivia y el Mercosur por el Tipnis, a Manta en el lejano Pacífico con el más lejano Oriente (China, Japón, Corea y Australia) y a los países del Caribe por el río Negro; además con Sudamérica y Europa que  se darían cita en Manaos.

Se piensa crear una metrópolis moderna, bella y extravagante a la medida del poder del capital comercial con las riquezas fabulosas de los recursos naturales, mineros y agroindustriales. En esta enorme especulación financiera, los alimentos y la tierra son los bienes más cotizados por  los pobres capitalistas. Aprovechando el esplendor del mundial de futbol (Manaos es una de las sedes) los magnates de la OMC planificarán la última batalla por la conquista de la amazonia.

Manaos nunca dejó de ser una ciudad pionera, a pesar de la súbita decadencia y colapso del “boom” cauchero. Ahora ha llegado otro “boom” que atraerá junto con las otras ciudades que irán surgiendo en la selva, a los buscadores de ganancias fáciles e inmensas y de miserias infinitas para una mayoría, sin posibilidad para seguir viviendo. ¿Qué tiene la amazonia para que sucedan estas cosas? De patio trasero del planeta ha pasado a plaza central,  codiciada y disputada. En ella podemos ubicar grandes proyectos y grandes conflictos: Las mayores selvas del planeta (el oxígeno, los fármacos y los alimentos) y las mayores reservas de agua del mundo están en la amazonia. La próxima batalla a librar por la humanidad será la del agua y la de los agroalimentos. La amazonia misma es actualmente un campo de batalla que la humanidad no  puede perder. Su defensa debe ser permanente y no nos permite bajar la guardia, debemos ser gente que busca escuchar las voces de la tierra y de la selva, a la que quieren doblegar con este modo de comercio basado en la explotación ambiental y en la apropiación de los territorios de las comunidades indígenas. Una de las prioridades de la sociedad es la defensa y promoción de las relaciones justas con la creación: la naturaleza tiene derechos dice nuestra constitución.

Nuestro lugar histórico actual donde vivimos es la amazonia. La región geográfica y área que nos desafía tiene sus “rostros” y sus heridas. ¿Veamos en los últimos años dónde están esos rostros  y esas heridas abiertas, los derechos socioambientales más conculcados y la vida más amenazada? Los casos más bullados los encontramos en las fronteras de la panamazonia: 1) En Bolivia con el conflicto mediambiental del territorio indígena del parque nacional Isibaro Secure  donde 30 indígenas fueron torturados y ejecutados en el departamento del Pando (Bolivia), frontera con Perú y Brasil que se oponían a un gran proyecto hidroeléctrico que inundaba sus tierras del parque (2008). 2) Otro conflicto también en Bolivia se da por la apertura de la carretera del Tipnis (11 de Septiembre del 2011) financiado por Brasil que une el Amazonas (Manaos) con Bolivia y el Mercosur. 3) La represa de Belomonte en Brasil es un conflicto indígena que dura 40 años. Se lucha para evitar su construcción que inunda sus territorios en el río Xingu. El gobierno actual de Brasil ha aprobado la licencia ambiental de este magaproyecto: es la tercera   mayor represa del mundo. Para implementarla  el gobierno ha ignorado la ley, el estudio sobre la viabilidad económica, los impactos socioambientales y las alternativas de generación de energía (2011). 4) En el Parque Nacional Yasuni del Ecuador se da la masacre de unos 20 indígenas Tagaeri-taromenani en una zona petrolera, a mano de los wawrani (Marzo del 2013). 5) La masacre de más de 50 indígenas y policías en Bagua en la Curva del Diablo (Perú) en el 2009.6) En el departamento de Roraima, Raposa do Sul en el 2008 (Brasil) por la construcción de una represa (¿Río Madeira?).

Estos datos alarmantes y actuales nos hacen mirar a la amazonia como una región geopolítica estratégica y trágica, como un área de grandes desafíos a los derechos humanos, a la defensa del medioambiente y a la supervivencia de los pueblos indígenas. El Papa Benedicto XVI denuncia “la devastación ambiental de la Amazonia y las amenazas a la dignidad humana de sus pueblos” (Brasil, 2007).

Achakaspi
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CategoryAmazonía
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