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Con esta metáfora maternal y optimista define José Luis Caravias S.J. el estado actual del cristianismo. A sus 80 años -54 de ellos en América del Sur-, este sacerdote español, discípulo de Teilhard de Thardin, nos da una visión reveladora del Apocalipsis. Su lectura es optimista, evolutiva, amorosa. “Estamos en pañales para alcanzar el Punto Omega. Vivimos un tiempo privilegiado, a pesar del pesimismo y el individualismo. El verdadero sentido cristiano, la comunidad cristiana apenas está en pañales”: José Luis ve con renovado optimismo el futuro de la fe católica.

Aunque Paraguay ha sido su lugar de “estadía “, este gitano contemporáneo conoce a América Latina con ojos de profeta. Perseguido por la dictadura de Strossner y presa de caza de la Triple A argentina, vivió varios años albergado por Ecuador. Conoció a Mons. Labaka y a la Hna. Inés, a Mons. Proaño y a Mons. Luna Tobar, personas trascendentes en la vida cristiana de Ecuador. Padre de más de 30 libros, habla con tranquilidad de la Gran Bestia porque la conoce bien.

Caravias reconoce a la Gran Bestia “… en el individualismo actual. En la tiranía de los medios de comunicación, que incitan a consumir. En América Latina, los grandes monopolios extractivos y comerciales han gobernado. Los medios de comunicación han logrado generar una cultura del dios dinero. La tierra está mal repartida y el que la trabaja es explotado. La tecnología avanza y es positiva, sobre todo en cuanto a comunicación, pero gran parte de ella está dedicada extraer, a destruir la Naturaleza y a engañar promocionando el Producto. Tiranía del consumismo, del estatus”, afirma con tristeza pero con esperanza inmensa.

Con esta mirada de esperanza, José Luis mira al mañana reconociendo en el cristianismo “… el camino indicado para recomponer este mundo maltratado y el futuro incierto de la humanidad”. Pero advierte que “.. el cristianismo está en pañales, apenas comienza, y le falta mucho por evolucionar. Además, a Dios no se le pueden poner tiempos. Hemos pasado por varios hommos: el faber, el erectus, el sapiens; ahora vamos al hommos amorossus, al ser humano cristiano”.

“Concebir una iglesia sin la mujer es imposible hoy. Ella, como parte esencial de la Creación, tiene más interés en enfrentar a la Gran Bestia, recobrando valores olvidados. Su capacidad maternal la hace más consciente y menos materialista que a los hombres. Tengo gran esperanza en los cambios que la mujer dará a la Iglesia, sobre todo ahora, en el papado de Francisco”.

El anticredo de Caravias es claro: “Para creer en Dios hay que ser ateo: hay que descreer de las falsas imágenes que nos han dado de Dios: yo no creo en el dios castigador, no creo en el dios enemigo del amor, en el dios enemigo de la sexualidad, en el dios que hace ricos a los ricos y pobres a los pobres; no creo en el dios enemigo de los homosexuales. No creo en esas falsas imágenes de Dios, y eso lo practico a diario”.

Para José Luis, la Tierra recorre de principio a fin la Biblia: “El tema de la Tierra lo he trabajado mucho; escribí “Teologìa de la Tierra”, traducido al portugués, al francés y al alemán, y tres libros más sobre este tema, desde una perspectiva bien ecoteología. La Biblia tiene muchos elementos ecológicos, y trasversalmente la Tierra, como don de Dios para la humanidad, recorre todo el Libro. Es una muestra de su Amor para con nosotros. Debemos amar a Dios cultivando bien la Tierra y, sobre todo, repartiéndola bien. Tierra buena para todos”.

En esta página iremos recogiendo la voz de José Luis, una voz profética, optimista, llena de la alegría auténtica de quien mucho ha vivido, mucho ha obrado y mucho tiene que decir sobre la auténtica vida cristiana.

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