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Por los niños y niñas de Latinoamerica, es la acción que lleva adelante el Servicio Jesuita a Refugiados Latinomérica y el Caribe. «Acompañar, servir y defender» a la población víctima de desplazamiento forzado en Colombia y a la población solicitante de refugio en Venezuela, Panamá y Ecuador.  Nuestra apuesta es por la vida y, por ello, nos sumamos desde los diferentes SJR de la región a la conmemoración del “Día de la mano roja”: decimos no al reclutamiento, no a la vinculación y no al uso de NNAJ en el conflicto armado.

Hace 13 años entró en vigencia el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a la participación de niños y niñas (NNAJ) en los conflictos armados, el cual obliga a los Estados a prevenir su reclutamiento por grupos armados al margen de la ley y grupos organizados, y atender a aquellos que continúan siendo víctimas de este crimen de guerra.

Año tras año, el 12 de febrero diferentes organizaciones y personas a nivel mundial conmemoran este hecho a través del “Día de la Mano Roja”, el cual es una expresión y exigencia para que se detenga el uso, vinculación y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes en la guerra, a la vez que se hace un llamado a la toma de acciones concretas y eficaces por parte de los Estados para que garanticen los Derechos de todos los NNAJ.
Actualmente, en el mundo existen más de diecisiete (17) conflictos armados vigentes, entre los cuales están Afganistán, República Centroafricana, Chad, Mali, Myanmar, Sudán, Siria, Colombia, entre otros[1]. Según el informe del Secretario General de la ONU, en estos países se identifican actores que reclutan, vinculan o utilizan menores; matan o mutilan niños y niñas; cometen violaciones u otras formas de violencia sexual; y llevan a cabo ataques contra colegios y/o hospitales generando una situación de desprotección “generalizada” para la población civil inmersa en los conflictos armados.

Las organizaciones sociales, ONG´s y algunos Estados han adelantado esfuerzos con el fin de encontrar posibles soluciones o estrategias para hacer frente a esta situación. Se han realizado foros internacionales, ha aumentado la presión política por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, se ha fortalecido el régimen de sanciones, hay una mayor cooperación entre el Consejo y la Corte Penal Internacional en relación con delitos en contra de menores, hay mayor apoyo a los mecanismos nacionales de rendición de cuentas, se ha trabajado en la inclusión de las cuestiones de protección de menores en los procesos de paz y en la vinculación entre sí de los marcos de Naciones Unidas sobre la diligencia debida en materia de Derechos Humanos, los menores y los conflictos armados.

En Colombia a finales del 2013 veinte actores en conflicto habían aplicado o estaban aplicando un total de dieciocho (18) planes de acción para separar de sus filas a los menores y liberarlos[2]. Cabe resaltar que durante este mismo año se hizo visible la complejidad de los límites de la violencia armada y el peso de las dinámicas vinculadas a la criminalidad, siendo los NNAJ las principales víctimas de este flagelo.

La conmemoración del Día de las Manos Rojas cobra especial sentido para la región de Latinoamérica y El Caribe. Por ejemplo Colombia es identificado como uno de los países que ha acarreado un alto historial de poblaciones víctimas de desplazamiento forzado, y que en muchos casos se ven obligados a cruzar las fronteras buscando protección internacional, como último mecanismo para salvaguardar sus vidas, haciendo de Venezuela, Panamá y Ecuador un nuevo país o lugar de refugio; algunas veces exitosamente y en otras afrontando nuevas problemáticas o las mismas por las que salieron, ya que el conflicto colombiano y sus actores también han cruzado las fronteras.

Causa especial atención y cobra relevancia la situación de los NNAJ refugiados debido a las diferentes vulneraciones a las que continúan viéndose sometidos, principalmente en las fronteras; donde persiste el reclutamiento forzado y la utilización por parte de actores armados, además de otros hechos victimizantes como: masacres, homicidios, violencia sexual, secuestro, desplazamiento forzado, torturas, mutilación o afectaciones por minas antipersonales y artefactos de guerra sin explotar, restricciones a sus libertades personales, la estigmatización y la persecución.

En este día a través de múltiples actividades nos proponemos sensibilizar y visibilizar acerca de la situación de miles de NNAJ, incidir en la toma de decisiones sobre el respeto y garantía de los Derechos, la implementación del Protocolo Facultativo y el respeto al Derecho de “ser niño o joven” sin estigmatización y con garantías “preventivas” de educación, buen uso del tiempo libre, unificación familiar, recreación y oportunidades laborales dignas para las familias, y así evitar la explotación laboral de menores o el aumento de la informalidad laboral.

Para este año el SJR desde los países en los que hace presencia ha concretado algunas actividades para ser desarrolladas con la población acompañada, organizaciones amigas y organismos regionales; actividades dentro de las que se encuentran presentaciones artísticas, foros, programas radiales, encuentros con grupos de niños, niñas y jóvenes, publicaciones en redes sociales y acciones de participación en las calles de las principales ciudades.
Renovamos nuevamente nuestro compromiso con la infancia y adolescencia, ellos no son el futuro, son el presente que merece un buen trato, acceso completo a los derechos y mecanismos de protección profundos para que continúen sus proyectos de vida felices, saludables y esperanzados.
Los niños, niñas y jóvenes creen en ti, defiende sus derechos y únete a esta causa, “vamos a reconstruir el amor”.

Fuente: SJR

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