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Bethania, abril 13 del 2018

A la luz de la Pascua, recientemente celebrada, los Obispos del Ecuador nos hemos reunido en nuestra CXLIII Asamblea Plenaria Ordinaria, en comunión de fe y misión pastoral.

En este momento de dolor y honda preocupación, nos unimos en una profunda y sentida oración por el eterno descanso nuestros hermanos Javier Ortega, Paúl Rivas, Efraín Segarra, secuestrados y vilmente asesinados, a la vez que expresamos nuestra cercanía y solidaridad a sus familiares por tan irreparables pérdidas humanas, como también a todos los comunicadores que arriesgan su vida por darnos a conocer la verdad de los hechos.

Del mismo modo, hacemos un llamado:

A los gobiernos de Ecuador y Colombia, a crear o consolidar condiciones de vida más dignas, fraternas y justas, particularmente en la zona fronteriza, desarrollando fuentes de trabajo y políticas de bienestar social, como también reforzando los sistemas de seguridad.

A los grupos políticos y sociales armados, a deponer el uso de la fuerza para superar las injusticias y a unirse a las iniciativas de diálogo y respeto para construir una auténtica democracia, libre de toda forma de corrupción y violencia.

A todos los grupos y organizaciones que se enriquecen utilizando medios inhumanos e ilícitos como la coima, el terrorismo, el secuestro, el chantaje y el asesinato, a no someterse a intereses económicos involucrados en la trata de personas y en la producción y tráfico de armas y de substancias tóxicas-adictivas.

Como Iglesia, inspirados en principios éticos y espirituales, queremos ratificar nuestro firme compromiso de seguir trabajando, junto con todos los grupos sociales, políticos y religiosos, por una sociedad más pacífica, justa y solidaria.

Además, les informamos que en este encuentro fraterno hemos tratado como temas principales: el jubileo por los 400 años del nacimiento de Santa Mariana de Jesús, la Misión Familia, la formación en nuestros Seminarios (Ratio Fundamentalis).

El recuerdo agradecido de Santa Mariana de Jesús nos lleva a considerar las especiales situaciones que atraviesa nuestra Patria, como la debilidad de la institucionalidad, la crisis económica y la corrupción, entre otros. Todo ello ha generado inquietud y desconcierto en nuestro pueblo y nos llama a caminar a su lado alentando su fe y esperanza.

Somos conscientes de las crisis sociales, políticas y legales que afectan y desestabilizan a las familias cristianas, lo que nos exige una mayor capacidad de diálogo y de contraste con la sociedad. Como respuesta a este desafío, desarrollaremos en los próximos dos años la “Misión Familia”.

En este tiempo hemos dado por concluido el programa de intervención en la costa a favor de las víctimas del terremoto sufrido en el mes de abril del 2016. Al tiempo que lamentamos el número de personas fallecidas y los destrozos sufridos, damos gracias a Dios por la inmensa corriente de solidaridad que pudimos experimentar.

Queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a Su Santidad por la Exhortación Apostólica “Gaudete et Exultate”, – el llamado a la santidad en el mundo actual-, un maravilloso regalo pascual, como también por el nombramiento de Monseñor Rafael Cob, Obispo Vicario Apostólico de Puyo, al Consejo Pre-Sinodal de la REPAM; y también por el nombramiento de Monseñor Skiper Yánez para la Diócesis de Babahoyo.

Que Jesús, que murió y resucitó defendiendo la vida, el amor, la justicia y la verdad, nos acompañe en este difícil camino de la paz, pero tan necesario para el desarrollo integral de todas las personas y pueblos.

SECRETARÍA GENERAL
CONFERENCIA EPISCOPAL ECUATORIANA

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