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Todo comenzó con 15 colonos e indígenas Cofanes, Secoyas y Kichwas de Orellana y Sucumbíos cuando el 16 de noviembre de 1993 presentaron –mediante una “acción de clase” – la demanda en la Corte del Distrito Sur de Nueva York contra la petrolera Texaco por “Contaminación ambiental y afectar la salud humana”, empleando tecnología barata y obsoleta para extraer petróleo entre 1964 y 1990”.

Casi 23 años después, son 30.000 personas las que demandan a la petrolera. Los 15 reclamantes iniciales reciben hoy el apoyo mundial de organizaciones indígenas, campesinas, de clase y gremio, de mujeres y jóvenes, de organizaciones que defienden los DD. HH. y de varias instituciones religiosos nacionales y extranjeras.

Desde 1993, comenzó esta causa justa. 400.000 hectáreas de nuestra selva virgen fueron severamente contaminadas. Han muerto muchas personas desde ese entonces a causa del daño a su entorno ambiental.

Hay momentos claves que debemos recordar en este juicio que se ha convertido en emblema mundial de resistencia y búsqueda de justicia. Recordemos este juicio, porque aún no concluye y el daño ambiental generado por la extracción del petróleo continúa en nuestra selva amazónica. texaco 4

El 16 de mayo de 1994 se constituyó el Frente de Defensa de la Amazonía. Por primera vez, los afectados demandantes y el gobierno se reúnen con el objetivo de definir los términos para una propuesta de arreglo amistoso con Texaco frente a la demanda presentada en New York.

Para evitar la demanda, Texaco decide firmar un Convenio con el gobierno de turno para “reparación ambiental” que comenzó a operar en 1996. Frente a este arreglo entre el gobierno y la Texaco, los demandantes cuestionaron los trabajos de reparación llevados a cabo por la petrolera. Posteriormente, la Contraloría General del Estado ecuatoriano confirmó las irregularidades en el proceso de remediación.

“Por presión de la petrolera, el 16 de agosto del 2002 la Corte de Apelaciones de Nueva York resolvió enviar el caso al Ecuador”. Unánimemente, los reclamantes presentaron la demanda ante la Corte Superior de Nueva Loja. A la presentación de la demanda en Nueva Loja se movilizó la comunidad afectada –indígenas de varias nacionalidades y numerosas familias de colonos– mostrando unidad y firmeza para reclamar justicia. Queda instaurada la querella en manos de la justicia nacional.

Durante el juicio se recogieron más de 230.000 páginas de testimonios y documentos. Declararon más de 40 personas afectadas directamente por la contaminación de aguas. 106 informes periciales –basados en tomas de aguas, suelos y sedimentos– generaron más de 80.000 resultados químicos de sobremuestras, probando la contaminación; los análisis fueron hechos por expertos extranjeros. “El juez de la causa inspeccionó y verificó directamente los daños causados en 54 sitios operados por la petrolera”. Texaco 1

Ante la evidencia de las pruebas, el 14 de febrero de 2011, el Presidente de la Corte Provincial de Sucumbíos emitió la primera sentencia contra la Chevron-Texaco, condenándola a pagar US$ 9.500 millones “… para reparar el daño ambiental, incluyendo limpieza de los suelos, instalación de sistemas de agua e implementación de sistemas de salud para la zona”.

Otra providencia de la Corte consistió en que la petrolera debería pedir disculpas públicas a los afectados o, en caso contrario, se doblaría el monto de la indemnización. Chevron nunca lo hizo y, por lo tanto, la deuda actual es de US$ 19.000 millones. Parece absurdo, pero la Chevron ha gastado ya más US$ 30.000 millones en lobistas, tratando de influir en autoridades nacionales y extranjeras de alto nivel.


Por otro lado, el gobierno nacional también ha emprendido la campaña mundial “La mano sucia de Chevron” –lamanosucia.com– acusando a la empresa de serios daños ambientales y humanos en la selva amazónica y de rehuir el mandato de la sentencia de la Corte. En varias ocasiones el país ha sido visitado por personalidades científicas, expertos en fauna y flora, en desastres ambientales, a intelectuales y a gente del mundo del espectáculo.

texaco 2Estas personas influyentes en la opinión pública han recorrido las riveras de los ríos de zona intervenida –el agua es vital para estas comunidades–, conocen las piscinas llenas de crudo en medio de la selva y se han comunicado con las comunidades afectadas. Estos visitantes concuerdan en calificar el desastre causado por la Chevron/Texaco como un crimen contra la naturaleza y la humanidad.

Desde el punto de vista jurídico, es un hecho que la Chevron/Texaco ha forzado el desplazamiento de poblaciones indígenas de sus territorios ancestrales. Las pruebas aportadas por los demandantes también evidencian los daños ambientales causados en el territorio amazónico. Igualmente, los efectos mortales y dañinos en la salud de colonos e indígenas de la zona intervenida por la Texaco también han sido probados.

La poderosa empresa interpuso apelación a la sentencia y contrademandó. En las calles de Orellana o Sucumbíos creen que la torta se va a voltear, como siempre, a favor de la empresa extractiva. En los corrillos de estas ciudades, los que antes trabajaban como subcontratados en compañías petroleras y ahora no tiene empleo, se escucha este tipo de conversaciones: “Vean, ahora resulta que cada uno de nosotros tendrá que pagarle a la Chevron/Texaco por ahí como unos 45.oo dólares”.

No sabemos de dónde sale esta cifra, pero sí evidencia la tardanza de la justicia en hacer efectiva la sentencia contra la petrolera. También refleja el miedo de la población a que los pájaros terminen disparándole a la escopeta. Hay crisis en nuestro Oriente ecuatoriano por el bajo precio del petróleo, y estas “profecías” de derrota frente a la Chevron en nada ayudan a echar para adelante. Ya la gente no se va al Oriente a trabajar; más bien vienen de allá, de vuelta a sus ciudades de origen.

Los demandantes han organizado, desde el 2014, el #DíaAntiChevron. Este sábado 21 de mayo se reúnen en “La Casa” –Olmedo y Guayaquil, Centro Histórico de Quito– a las 4:00 pm., para levantar su voz y unirla a la de muchas organizaciones y personas que saben que apoyan una causa justa. Uno de los convocantes principales a este plantón es la Unión de Afectados por Texaco (UDAPT), que representa a los 30 mil colonos e indígenas. Un enfrentamiento entre David y Goliad actual que nos enseña a unirnos y a resistir ante los abusos de las empresas transnacionales. Las acciones gubernamentales no bastan.

El caso Chevron –muy detallado y documentado la página http://texacotoxico.net/ –de la que en esta nota tomamos citas– va más allá, Este caso representa una lucha urgente, la lucha por la vida. El papa Francisco insiste en su Encíclica sobre los abusos a pueblos ancestrales .

El Papa rechaza estas muertes, la destrucción de su hábitat, su aculturación. Cada vez hay más agresiones a comunidades indígenas por razones mineras o petroleras. Tundayme aquí, el departamento de Cajamarca en Perú, TIPNIS en Bolivia, el asesinato de Berta Cáceres, las megahidroeléctricas que espantan comunidades enteras… La selva está en peligro y sus habitantes también.

Cáritas apoya el juicio contra la Chevron y está del lado de los demandantes porque conoce los problemas generados por la extracción de petróleo, oro, cobre o cualquier otro mineral valioso. La selva amazónica es un lugar estratégico para la sobrevivencia de la especie humana. En ellabitan comunidades herederas de una cultura que armoniza su relación con la Madre Tierra. Nuestra labor pastoral tiene un enfoque ecoteológico que nos responsabiliza del cuidado de la Pacha Mama.    texaco 3

A través de la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM) hemos podido conocer los embates de la minería –legal e ilegal–, de las presas hidroeléctricas sin consulta previa y los daños generados por las empresas petroleras en la mayoría de los países que conforman esta Red.

En la página web de la REPAM –ahora bilingüe– se han denunciado casos de ocupación territorial y desalojos con la fuerza pública de familias y comunidades enteras de indígenas de la Amazonía. Esta Red Eclesial nos ha enseñado a comprender que la Amazonía es na sola y que, para salvar este planeta, debemos amazonizar al mundo.

La fuerza espiritual y profesional de la REPAM ha acompañado varios casos de comunidades afectadas por la actividad minera, hídrica o petrolera. Conoce el impacto humano, cultural y ambiental que genera esta forma de explotación de nuestros recursos naturales. La REPAM vela por los Derechos Humanos de comunidades indígenas despojadas de su tierra y sus costumbres. La Red es ahora guardiana de gran parte de la historia de estos pueblos, y por eso respeta, estudia y conserva su cosmovisión.

La misión actual de la Iglesia tiene como prioridad cuidar la Casa Común. Lo pide el Papa en su Encíclica y lo implora la gente que tiene conciencia del daño ambiental y de sus consecuencias. Tenemos una responsabilidad con las generaciones venideras: ¿Qué mundo les vamos a heredar? El modelo de vida que llevamos es obsoleto y el consumismo es una de las causas grandes de contaminación. Además, el consumismo degrada a la persona a la simple categoría de “comprador” y convierte el tener en sinónimo de éxito y realización personal; por otro lado, el consumismo es egoísta y excluyente.

La Iglesia ha estado en la Amazonía por varios siglos. Está en la selva con una misión nueva que incluye, además de evangelizar y llevar la Palabra a sus habitantes, el defender uno de los territorios más ricos y sagrados de la Casa Común. La Iglesia están en nuestra selva con mártires como Inés y Alejandro.

texaco 5Amazonía en peligro y ciudades ecuatorianas con problemas típicos del estrés y el hacinamiento, inmensos templos al consumo y al dios dinero. Dos realidades distintas que deben unirse porque todo está conectado. La Iglesia, nosotros, somos un puente entre estos dos escenarios, aparentemente desconectados entre sí.

Esta Iglesia salió a la selva. Hace rato. Camina en ella con la certeza de que allí está, más cercano que nunca, Dios.

(Imágenes: lamanosucia.com / Apoya-al-Ecuador.com / nuestroamericano.org /elnorte.echttp://www.andes

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