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En la mañana del viernes 29 de marzo de 2019, se llevó a cabo el Segundo Encuentro Binacional de Pastoral Penitenciaria, en el Seminario Nuestra Señora de la Paz en Tulcán, donde se reunieron alrededor de 20 personas representantes de las Pastorales Penitenciarias de Ipiales (Colombia), Tulcán e Ibarra.

«Este encuentro se realizó con el fin de fortalecer el voluntariado, para que cada una de las personas involucradas en este servicio nos enamoremos más de lo que hacemos, y lo tomemos como parte importante de la vida», destacó Orlando Rueda, coordinador de la Red Nacional de Pastoral Penitenciaria.

La Pastoral Penitenciaria de Tulcán cuenta con casi 30 años de trayectoria en el Centro de Rehabilitación Social de la localidad. Su capellán, el Padre Germán Enríquez, Vicario de Pastoral Social de la ciudad, menciona que el trabajo se enfoca en tres dimensiones: la parte espiritual (acompañamiento y Eucaristía), formación (talleres en diferentes temas) y gestión para mejorar la calidad de vida de las Personas Privadas de Libertad (PPL).

Enríquez menciona, además, que el trabajo en frontera es arduo, puesto que son ellos —especialmente su coordinador— quienes están al pendiente de los PPL colombianos, con un constate contacto con sus familias. En muchos casos se encargan de recibir el dinero que las familias de los privados de la libertad envían a través de bancos colombianos para cubrir sus necesidades.

Las 15 personas que forman parte del equipo de voluntarios realizan visitas los martes y jueves de cada semana, el grupo brinda acompañamiento y cursos bíblicos por dos horas y los domingos colaboran en la Homilía. El equipo se divide en dos para asistir tanto a la cárcel de hombres como a la de mujeres.

Rosa Tulcanaza, es parte de este grupo y expresa su satisfacción por estar al servicio de esta misión por más de 14 años, «para mí es una dicha poder conversar con ellos y acompañarlos, porque muchos se encuentran solos, su familia están en otro país, para mí esto ha sido una bendición y me ha servido para valorar las cosas que uno tiene».

Por otro lado, Vicky Narváez, que forma parte del equipo de voluntarios de la Diócesis de Ipiales, señala que por el momento intentan volver a formar un grupo de Pastoral Penitenciaria, ya que el que existía se disolvió hace años. Destaca también que apoyar a este sector le ha ayudado a reafirmar su fe en Dios.

Finalmente, el Padre Germán Enríquez envía un mensaje a la sociedad y expresa que «debemos entender que las PPL también son nuestros hermanos, también son hijos de Dios y que podemos ayudarlos así sea con la oración, o apoyando a las diferentes Pastorales Penitenciarias de cada una de nuestras jurisdicciones, que lo que hacemos es tratar de devolver la dignidad que se les ha arrebatado».

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