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Como ecuatorianas y ecuatorianos, nos interesa observar y analizar la realidad sociopolítica de este pequeño y sorprendente país. Tiene 3.3 millones de habitantes y 176.000 kilómetros de territorio. Este domingo 1º hay cambio de gobierno: Tabaré Vásquez retoma la presidencia y José Mujica regresa al Senado.

En el Uruguay que entrega Mujica hay 12 millones de vacas, es el país menos inequitativo de América Latina y con el menor índice de pobreza y pobreza extrema. El promedio de esperanza de vida supera los 75 años y su corta superficie está urbanizada en más de un 90%; sin embargo, exporta alimentos al mundo.

Ese Uruguay de hoy es fruto de la migración; desde su Independencia en 1828, el país oriental ha recibido gente y los uruguayos también han migrado. Los europeos comienzan a llegar hacia 1880 y la última oleada fue a finales de los 60s del siglo pasado. Los uruguayos que salen prefieren España e Italia, aunque Argentina también es su destino. Este país es un ejemplo de hospitalidad, una lección de los frutos de la movilidad humana.

José Mujica no es el artífici del actual modelo uruguayo; su sucecor Tabaré busca inversión foránea para mantener el buen estatus económico de sus mandantes. El proceso económico uruguayo se ha venido fraguando a pesar de una larga y cruel dictadura, y ahora el nivel de vida de los uruguayos es satisfactorio, según lo muestran todas las cifras.

 La gestión del presidente Mujica se basó en endurecer el sistema tributario para los que más tienen, y mejorar el servicio y las finanzas de la seguridad pública. El Frente Amplio, movimiento que llevó al poder a Mujica con la mayoría más amplia en la historia democrática uruguaya, garantiza continuidad con el ascenso de Tabaré Váquez. El reto para el nuevo gobierno está más en la calidad de vida –seguridad pública, a la que Mujica puso mano dura– que en la gestión económica, pues el país es un granero/despensa bien organizado, justamente repartido, equitativo.

Queremos dejar constancia de la lucha que el presidente Mujica ha venido manteniendo  contra el consumismo; como cristianos, estamos completamente de acuerdo. También reconocemos su esfuerzo por promover un valor tan necesario como la solidaridad, imperativo ético muy católico. Otro esfuerzo en el que José Mujica ha puesto empeño es en la integración de la región y su apoyo a UNASUR; su denuncia y lucha contra la corrupción ha sido frontal, como directa y sencilla ha sido su defenza de la vida y su reconocimiento a los derechos de la naturaleza. Importantes ideas de Mujica concuerdan con nuestros principios cristianos.

El presidente uruguayo saliente ha tenido, junto al Papa Francisco, el honor de representarnos como suramericanos; los dos son símbolo de una América del Sur nueva, que se levanta y camina. El presidente Correa también ha ejercido un liderazgo político, pero no queremos establecer comparaciones. Este tipo de liderazgos nos impulsa como región y nos hace mirar hacia el futuro con entusiasmo y esperanza. Necesitamos un liderazgo regional por la vida, por la Amazonía, por la unión regional, por la vida digna de quienes menos tienen, y está naciendo ese liderazgo.

Por último, y como ecuatorianas/os, nos interesa ver hasta dónde es posible mantener un modelo económico justo. Nos interesa ver cómo Tabaré continúa a la cabeza de un modelo social equitativo y justo, educado y culto. Mujica deja una nación en donde solamente el 1.6% de la población es analfabeta; todavía hay 65.000 niñas, niños y adolescentes que trabajan, pero esa cifra es un reto y debe decrecer. Uruguay no es el paraíso, pero está mejor que el resto de naciones suramericanas. Nos interesa su modelo económico y social.

Hay coincidencias en nuestra geografía política. Somos países pequeños, en transición de modelos económicos. En ambas naciones hay democracia y se presenta el fenómeno de movilidad humana. Esperamos con expectativa la gestión de Tabaré Vásquez y agradecemos las lecciones de humanismo puro y de humildad en el poder que nos dejó don José Alberto Mujica Cordano, nacido en Montevideo, la ciudad de Benedetti, Galeano y la milonga, hace ya 80 años. Gracias, don Pepe, cronopio nacido en la capital de la renovada República Oriental del Urugual.

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