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El segundo encuentro de la Red Clamor en Ecuador se realizó el 4 y 5 de septiembre en Quito. Cerca de 60 personas, provenientes de todo el país, participaron en este espacio ideado para comprender el contexto de la movilidad humana en el mundo y repasar el camino andado por la red eclesial en Ecuador.

En este cónclave, la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos/as, la Misión Scalabriniana, Pastoral Social Cáritas y el Servicio Jesuita a Refugiados, que integran la Red Clamor, buscaron dar una respuesta articulada a las necesidades de las personas en movilidad humana, que en la actualidad son mayormente personas venezolanas.

El mayor reto del encuentro fue comprender el criterio de “la integralidad”, que tiene que estar en el horizonte del trabajo de la Red Clamor. Tras la representación de varios sociodramas, las conclusiones indicaron que es necesario prestar una escucha sin condiciones, mirar desde el corazón, dar un servicio de acogida sin obstáculos, vincular a las poblaciones y gobiernos locales, entregar información tomando en cuenta las emociones, la psiquis, la espiritualidad y las múltiples dimensiones de las personas y finalmente reconocer nuestros límites y retomar el cuidado al cuidador.

La reunión también sirvió para analizar el contexto actual de la migración, concretamente el éxodo venezolano ante la situación no resuelta de ese país. “No es lo mismo el flujo migratorio de ahora que el de antes. Las condiciones son más traumáticas, dolorosas e injustas, y eso condiciona nuestra manera de acompañar”, dijo el padre Josetxo García, secretario general de Cáritas Ecuador.

El padre Guillermo Campuzano, representante de los Misioneros Paúles en ONU, aportó una lectura política y teológica de la migración global. Al explicar el origen de la misma insistió en que era “una consecuencia de la globalización económica” y que “las crisis (política y eclesial) producen migraciones”. Habló también de la necesidad de reglas de convivencia cultural y religiosa y la urgencia de “ponernos en el lado más vulnerable de la movilidad humana” y “pensar cómo podemos ayudar más”. El sacerdote colombiano finalmente parafraseó al Papa Francisco y su propuesta del diálogo de la esencialidad: “Hay muchas cosas que no son esenciales, lo esencial es la humanidad y la tierra”.

Gina Benavides, ex Defensora del Pueblo, expuso el endurecimiento de la política de migración, que ha ido desde la ciudadanía universal, plasmada en la Constitución de 2008, hasta la deportación e imposición de visas a colectivos como los haitianos y venezolanos. “Creo que el panorama es adverso, hubo una ola garantista al inicio, pero luego están las medidas de restricción y ambiguas. Además hay una unas raíces profundas de xenofobia, que atacan a migrantes y a las personas que trabajamos por los derechos de esas personas, promueven odio, el uso de la violencia y generan espacios de exclusión”, dijo Benavides.

En el repaso del camino andado por la Red Clamor, que empieza en octubre de 2017, se destacan dos puntos de quiebre: la imposición de las medidas restrictivas a ciudadanos venezolanos por parte del gobierno ecuatoriano (exigencia de pasaporte y pasado judicial), a finales de 2018, y la ola de xenofobia que se desató a inicios de 2019. Todo esto llevó a la red de Iglesia a presentar una demanda de inconstitucionalidad, junto con la Defensoría del Pueblo y otras organizaciones de la sociedad civil, que dio sus frutos en marzo pasado, cuando la Corte Constitucional suspendió parcialmente las medidas mientras decidía sobre el fondo del asunto.

Al hilo de esto, el presente de la Red Clamor pasa por seguir observando la aplicación de la nueva política migratoria.

En ese sentido se ha puesto del lado de diversos colectivos que piden mayor claridad de la visa humanitaria que está vigente para los venezolanos. Igualmente está acompañando a un colectivo de refugiados colombianos que iniciaron una protesta para pedir su reasentamiento en un tercer país y que han sido criminalizados.

Para terminar la jornada se mostraron los resultados de una encuesta que realizó Caritas, apoyada por sus socios de la Red Clamor. Se levantaron 709 encuestas, a varios colectivos de extranjeros, que han permitido actualizar algunas cifras como que la población migrante está compuesta en un 58% por mujeres, que un 48% de los consultados tuvo una trabajo formal o una empresa antes de emigrar, que un 80% lleva menos de un año en Ecuador, que el 50% ingresó al país con su cédula de identidad y que apenas el 19% de las personas encuestadas está regularizada (con algún tipo de visa o refugio).

  1. 06/09/2019

    Una labor , humana de esta comunidad cristiana ; me gustaría sumarme a esta iniciativa, como un soldado de Cristo.

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