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La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos de Ecuador informó que, durante la madrugada del 20 de septiembre, el volcán Sangay registró un incremento significativo en su nivel de actividad eruptiva.

El mismo día, a partir de las 4h20, los registros sísmicos mostraron explosiones y emisiones de ceniza mucho más energéticas que las observadas en los meses anteriores. La presencia de ceniza se evidenció en 32 cantones de las provincias de Chimborazo, Bolívar, Guayas, Manabí y Los Ríos.

De acuerdo al informativo N° 111, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN) se señala que desde el del 20 de septiembre de 2020 se observó un incremento en el tamaño y altura de la columna de ceniza emitida por el volcán Sangay. La nube de ceniza se dispersa en dirección Occidente y Oriente, lo cual generó caídas de ceniza en las poblaciones localizadas hacia esas direcciones del volcán. La caída de ceniza ha sido fuerte en Chimborazo y Bolívar, moderada y leve en Los Ríos y Guayas.

Según el reporte emitido por la Vicepresidencia de la República, entidad que encabeza la atención de esta emergencia, 80 mil hectáreas de cultivos de papas, maíz, fréjol, frutillas y trigo están en riesgo de perderse. A esto se suman los casi 45 mil cabezas de ganado y otros animales de granja en riesgo, siendo las más afectadas las provincias de Chimborazo y Bolívar.

En la provincia de Chimborazo (Diócesis de Riobamba), en el cantón Alausí, más de 38 mil vacas se están alimentando de pasto contaminado de ceniza, esas reses sirven de sustento a miles de familias, cuyos ingresos económicos dependen principalmente de la ganadería, en este cantón y sus comunidades aledañas la producción lechera es una de las principales actividades productivas y está seriamente amenazada por la caída de ceniza.

Según declaraciones de Rodrigo Rea, alcalde de Alausí, «si las reses continúan consumiendo ese pasto, van a enfermarse y pueden morir, lo que significa una caída de la producción de leche y, por lo tanto, en los ingresos de los campesinos».

Ante esta preocupante realidad, Cáritas Ecuador en diálogo con los Señores Obispos y los responsables diocesanos de Cáritas en Riobamba y Guaranda, han planificado y desarrollado acciones a fin de poder atender a las familias más afectadas por la caída de ceniza, para lo cual se ha coordinado la entrega de ayuda humanitaria (kits de alimentos), gracias a los recursos generados mediante la campaña Que nadie se quede atrás. Esta ayuda permitirá que las familias puedan cubrir sus necesidades mientras vaya reduciendo la grave afectación en la tierra por la caída de la ceniza.

Previo al proceso de entrega de kits de alimentos, los equipos locales han realizado un levantamiento de datos para poder atender a las familias más vulnerables, y así poder dar atención inmediata a las comunidades que no han recibido atención por parte de entidades particulares o del Estado.

Finalmente, es importante señalar que se trata de poblaciones cuya principal actividad productiva es la agrícola y ganadera, mismas que se han visto gravemente afectadas por la presencia de considerables cantidades de ceniza en sus tierras; causando así un doloroso golpe para su subsistencia.

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