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Hna. Luz Nelly Mejía y Valeria Salazar

Hna. Luz Nelly Mejía y Valeria Salazar

Cuando escuchamos la palabra lepra, posiblemente nos recuerde algo muy antiguo, ya superado; otras personas podrán relacionar la lepra con la Santa Biblia. Y podemos llegar más lejos, remontarnos a los 2.600 años antes de Cristo: en Egipto ya se conocía esta enfermedad y existían varias formas de curarla.

Pero volvamos a la Biblia: Ella nos da testimonio de varias personas enfermas de este mal: María, la hermana de Moisés; Naamán, general del ejército sirio; Giezi, un criado de Eliseo; Uzías, rey en Jerusalén. Mateo nos narra que Jesús curó a un leproso (8:14-4), y más grande fue la sanación que hizo el Maestro cuando cura a 10 enfermos de lepra, y sólo uno de ellos, el samaritano, volvió para agradecerle a Jesús por haber aliviado su mal (Lucas 17:11-19).

Salgamos del pasado, porque la lepra existe aún. Aquí, en Babahoyo, existe la enfermedad. Afortunadamente hay personas que se dedican a cuidar a quienes padecen de lepra. La Hna. Luz Nelly Mejía, de la comunidad de los Sagrados Corazones de Jesús y María, es colombiana y trabaja aquí, con nuestra gente de Los Ríos. Apoyada por otras hermanas y por un grupo voluntario, acompaña y alivia el sufrimiento de las personas contagiadas de lepra.

“Aquí, a Babahoyo, nos trajo el Señor, hace 23 años, y por “casualidad”. Alguien, un benefactor, conoció nuestro trabajo con enfermitos de lepra, y nos donó este terreno; otro señor nos dio más espacio, y aquí estamos, trabajando. La Pastoral es abierta, cuberimos más lugares en la provincia, pero la prioridad es la lepra. Recibimos ayuda de médicos norteamericanos, que trajeron una máquina para el tratamiento y da buenos resultados. Pero van llegando más enfermos, y esto crece más y más, porque hay lepra en muchos lugares de la provincia”. La Hna. narra como si contara un cuento, con alegría, con esperanza, con modestia, como si ella no fuera ese ángel de amor para quienes sufren esta enfermedad.

Y luego, la Hna. Luz Nelly nos va contando cómo es el trabajo. “La lepra puede curarse si se detecta a tiempo. Nosotros encontramos a un enfermo, y comenzamos a buscar en su familia, en su vecindario, y encontramos más enfermos, aunque el gobierno diga que no. Escucharla es aleccionador. Amor, solidaridad, entrega, fe en el Señor… Hay testimonios que nos llegan a lo más profundo de nuestro ser: el de la Hna. Nelly es uno de ellos.

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