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Tiende la mano al pobre es el tema de la IV Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia católica celebra este domingo 15 de noviembre. En su mensaje el Papa Francisco invita a mantener la mirada hacia el pobre, tender la mano hace «que dentro de nosotros existe capacidad de realizar gestos que dan sentido a la vida», señala el pontífice.

Compartimos un extracto del mensaje del Papa Francisco para esta Jornada 2020. «Nuestras riquezas espirituales y materiales fueron puestas en tela de juicio y descubrimos que teníamos miedo. Encerrados en el silencio de nuestros hogares, redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial. Hemos madurado la exigencia de una nueva fraternidad, capaz de ayuda recíproca y estima mutua. Este es un tiempo favorable para volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo».

Celebrar la Jornada Mundial del Pobre, es un logro del Papa Francisco, que nos hace pensar reflexionar y visibilizar algo que se quiere ocultar, como la pobreza, la miseria, por lo que el pobre tiene que ser sujeto y protagonista de una nueva historia, para que no seamos indiferentes, tenemos que reconocer que tiene dignidad y derechos, menciona monseñor Walter Heras, obispo de la Diócesis de Loja.

Tender la mano es un signo de cercanía, acogida, valorar al pobre, ver la realidad y las necesidades que tiene. La pandemia puso de manifiesto muchas debilidades estructurales y sociales en el país, menciona monseñor Heras, quien enfatiza la labor de la Red de Cáritas Ecuador, que en esta epidemia alimentó a miles de familias de las diversas jurisdicciones.

Para la Hna. Digna Erazo de la comunidad Laurita, el mensaje de la IV Jornada Mundial de los Pobres de este 2020, nos invita a mirar los rostros de niños, niñas, ancianos, mujeres que necesitan gestos que no podemos negarlos como una sonrisa y una mano amiga. Se puede empezar desde los más cotidiano con sentido de igualdad y fraternidad a fin de levantar la esperanza y ser más próximos a nuestro prójimo, porque tender la mano no tienen barreras ni límites como dice el Papa Francisco.

Esta pandemia tiene que enseñarnos a ser buenos, a pensar en el otro, a abrir nuestro corazón, mente y manos para ir al encuentro del otro, dejar de lado los egoísmos y saber que juntos «podemos hacer grandes cosas y que esta IV Jornada Mundial de los Pobres, sea un tiempo de reflexión y decir que necesitamos ser mejores cada día y no ser indiferentes ante la situación que viven nuestros hermanos», finaliza monseñor Walter Heras, obispo de la Diócesis de Loja.

En 19 de noviembre de 2017 se celebró la primera Jornada Mundial de los Pobres. Cada año el Papa nos vuelve a llevar la mirada sobre esta realidad fundamental para la vida de la Iglesia, porque los pobres están y estarán siempre con nosotros (cf. Jn 12,8) para ayudarnos a acoger la compañía de Cristo en nuestra vida cotidiana.

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