Cada 20 de junio conmemoramos el Día Mundial del Refugiado, una fecha que nos invita a reflexionar y actuar ante la realidad de millones de personas que han tenido que abandonar sus hogares debido a la guerra, la persecución, la violencia y los desastres naturales. Desde Cáritas Ecuador renovamos nuestro compromiso con quienes enfrentan el desplazamiento forzado, conscientes de que detrás de cada historia hay valentía, esperanza y un profundo deseo de reconstruir la vida.
En este Año Jubilar, alzamos nuestra voz inspirados por el llamado de la Iglesia a “caminar con esperanza”. Reafirmamos nuestra misión de acoger, proteger, promover e integrar a quienes han perdido su hogar y han llegado al Ecuador en busca de reconstruir sus vidas con dignidad, justicia y solidaridad. Este tiempo de gracia nos impulsa a ser testigos activos de la esperanza que nace del encuentro, la inclusión y el respeto a los derechos humanos.
Este día nos desafía a abrir el corazón, derribar muros de indiferencia y construir puentes de solidaridad. En cada rostro de un refugiado reconocemos un llamado a vivir el Jubileo como un tiempo de encuentro y esperanza compartida.
Nadie elige ser desplazado, pero todos podemos elegir ser comunidad que convierte el dolor en esperanza y el exilio en un nuevo hogar.
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