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La falta de alimentos, la desnutrición, y la emergencia sanitaria, son temas latentes en el país.

Desde diferentes espacios se busca aliviar en algo las necesidades de muchas familias, la Iglesia no puede estar ausente, al contrario, siempre busca poder llegar de una u otra manera al más necesitado. Hace unos meses atrás, la Diócesis de Babahoyo inauguró su propio banco de alimentos.

Compartimos con nuestros lectores la entrevista que mantuvimos con Mons. Skiper Yánez, Obispo de la Diócesis de Babahoyo.

Bienvenido monseñor Yánez, ¿cómo les está yendo con la creación del banco de alimentos?

Muchas gracias por este espacio, un saludo para todos. Con gran ilusión estamos nosotros empeñados en llevar adelante este banco de alimentos. De alguna manera como diócesis ya hemos venido trabajando con los diversos grupos de Cáritas, en la recolección de alimentos, en la clasificación y en la elaboración de los distintos kits para llevarlo a las personas más necesitadas. Aún más en esta pandemia habíamos incrementado ya esta actividad, nosotros en la diócesis habíamos entregado alrededor de 12 mil kits a tantas personas que lo necesitaban, pero claro ahora sabemos que la necesidad siempre continua, y por eso mismo queremos fortalecernos y fundar este banco de alimentos.

Nosotros hemos dado ya los pasos para esta fundación, hemos establecido un grupo de personas laicas comprometidas cristianas con ese espíritu social, son personas representativas de nuestra comunidad y junto a ellos hemos hecho un directorio. Hemos ubicado también ya una estructura en un antiguo local que teníamos donde se llevaba adelante un proyecto llamado muchacho trabajador, ahí hemos adecuado un espacio para bodega, administración y también junto a este proyecto estamos construyendo un comedor para preparar alimentos y dar a las personas más necesitadas.

Ahora estamos en campaña para difundir y recibir todo tipo de donaciones contamos con el apoyo de voluntarios y de la ciudadanía y confíanos en la generosidad de la gente.

¿Ahora Monseñor, cuando usted habla de las personas más necesitadas, ya tienen identificadas a las familias que se benefician del banco de alimentos?

Con los grupos Cáritas ya hemos venido trabajando en esta pandemia y se ha identificado a los hogares, a las personas de bajos recursos y que están olvidadas y conocen donde viven, por lo que podríamos llegar fácilmente hacer la entrega de estos productos.

En cuanto al comedor popular va estar más abierto, porque nosotros ahora miramos la realidad de personas que deambulan y personas migrantes, familias enteras con niños pidiendo colaboración y son estas personas que se van a beneficiar del banco de alimentos.

Desde luego ya iremos nosotros también con una tarea de conocer a estas personas de escucharles y hablarles del señor, de evangelizar, esta tarea no es una tarea material, también quiere ser una tarea espiritual, mostrarles a nuestros hermanos un lugar de acogida y donde sean también atendidos.

La Diócesis de Babahoyo se encuentra ahora en una campaña de promoción de difusión del Banco de Alimentos y del comedor, ¿qué les quiere decir a las empresas e instituciones que están en la capacidad de colaborar?

Quisiera hacer un llamado hacia la solidaridad, nosotros sabemos que en el mundo hay mucha injusticia hay mucha desigualdad, hay personas que a lo mejor tienen lo necesario para vivir y otras que a lo mejor tienen más allá de lo que realmente necesitan, pero hay personas que no tienen nada y creo que nosotros no podemos ser inmunes ante esto.

Es importante que el corazón del ser humano cada vez se sensibilice un poco y que aprendamos los unos a velar por los otros. Nos decía el Papa Francisco que ante esta situación de la pandemia en la que nosotros vivimos nos hemos dado cuenta la fragilidad del ser humano y que todos nosotros estamos en una misma barca y tenemos que aprender a remar juntos y darnos la mano los unos a los otros, no podemos ser indiferentes.

Entonces el llamado es a la solidaridad, a los empresarios, a los dueños de almacenes, a los industriales, todas las personas están invitadas a unirse a esta campaña a todos: niños, niñas, jóvenes, esposos y esposas, pienso que todos podemos ayudar a esta gran causa.

En esta pandemia la Diócesis de Babahoyo entregó 12 mil kits alimenticios, ¿quieren llegar a más personas?

Nosotros, en esta pandemia hemos venido trabajando para sensibilizar a las personas para que nos ayuden con donaciones y así poder llevar alimentos a las personas más necesitadas. Lo hicimos internamente con los parroquianos, con la gente allegada a las parroquias, ahora en cambio queremos hacerlo hacia afuera, podríamos decir extra eclesial, entonces ya no solo queremos quedarnos con las personas que van a la misa, que nos colaboran, sino queremos salir ir a golpear las puertas de los industriales, golpear las puertas de los grandes almacenes, para que así las donaciones lleguen en gran cantidad.

Queremos hacer campañas masivas, socializar este proyecto. Que toda la ciudadanía lo conozca, porque a veces puede ocurrir que haya personas que si quieren colaborar y a lo mejor no se enteran de esta campaña, de esta acción que está haciendo la iglesia. Ahora la idea es exteriorizar esta campaña, formalizar mejor este banco de alimentos. Ahora -el banco- ya está estructurado como una institución llamado el Banco de Alimentos, y desde ahí estamos nosotros con esa ilusión y ese buen deseo de captar personas, colaboradores, voluntarios para poder hacer una obra que llegue a muchas más personas.

Para finalizar Monseñor, ¿por favor nos ayuda con una dirección, un número de cuenta del Banco de alimentos, si alguien desea colaborar a donde debe dirigirse para donar?

Hemos abierto una cuenta de ahorros en el Banco Pichicha: 2205944440, a nombre del diácono Daniel Castro Morán, que es el delegado de la Diócesis de Babahoyo.

Estamos ubicados en las instalaciones del antiguo programa del muchacho trabajador en Babahoyo, avenida Universitaria diagonal al colegio Emilio Esparza, también tenemos un número de whatsaap 0982152177.

Con el mensaje de Jesús: «Denles ustedes de comer», reiteramos nuestra invitación a ser solidarios, misericordiosos, hacerlo y vivir con alegría y que Dios haga multiplicar el ciento por uno esta obra.

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