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En el 2019, el Servicio Nacional de Atención Integral para las Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), presentó un informe que indicaba que el país vive un 39 por ciento de amotinamiento en las cárceles. Hoy en día hay 43 mil personas privadas de la libertad dentro de ellas, la población carcelaria se triplicó en 13 años, y también se incrementó el número de cárceles, hoy existen 37 centros de privación de libertad y 11 centros de adolescentes infractores.

Uno de los ejes de trabajo de Cáritas Ecuador, es la Pastoral Penitenciaria que busca en los centros de privación de libertad acompañar, motivar y compartir espacios de integralidad con las personas privadas de la libertad, para que luego de que retomen su libertad, puedan integrarse nuevamente en la sociedad, sean el sustento de sus familias y logren su desarrollo personal.

Algunas jurisdicciones cuentan con la labor de la Pastoral Penitenciaria como son: Tulcán, Ibarra, Latacunga, Ambato, Riobamba, Guaranda, Azogues, Cuenca, Loja, Machala, Macas, Aguarico, Sucumbíos, Napo, Puyo, Quevedo, Babahoyo, Guayaquil, Portoviejo y Santo Domingo.

Cáritas Ecuador, conversó con Lilia Vinueza, directora del Centro de privación de libertad Napo N-° 1, para conocer de cerca la realidad carcelaria en la provincia amazónica. Durante el diálogo, la directora da cuenta que existen 500 personas privadas de la libertad, «se puede decir que es un centro de un nivel de seguridad mínima, por eso se puede cumplir con una rehabilitación social con los detenidos».

Hay acercamientos con la empresa pública y privada para trabajar los programas de reinserción laboral, como son: Los Municipios de Archidona y Tena, el Consejo Provincial y el Vicariato Apostólico de Napo, que participan de los proyectos de rehabilitación de las personas privadas de la libertad.

La propuesta de rehabilitación social que plantea el Centro de Privación de Libertad Napo N° 1, parte de las políticas que plantea el Servicio Nacional de Atención Integral para las Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), como son: ejes educativos, sociales, culturales, vínculos familiares y salud.

El eje laboral, es una de las ofertas del programa rehabilitación social con la cuenta el centro, donde los internos de acuerdo a su nivel de seguridad y sentencia participan de los talleres de: carpintería, artesanías, tallado y panadería, menciona Lilia Vinueza, quien agrega que han conseguido el apoyo de Cáritas del Vicariato Apostólico de Napo para proyectos de metalmecánica, y para una fábrica de snacks que estará a cargo del pabellón de mujeres, «y es el primer pabellón de mujeres en la Amazonía».

«Queremos demostrar que el privado de libertad es un potencial, cambiar la mente de la autoridad local, devolver el derecho al privado de libertad a que se reinserte en la sociedad a que tenga una política de rehabilitación, darle una oportunidad. En ese sentido se ha trabajado con Cáritas del Vicariato en estos proyectos y en la capacitación de charlas de superación personal, lo que sin duda ayuda a que los proyectos sean sostenibles y sustentables».

«Atrás de ese privado de libertad hay una familia y si todos ponemos un granito de arena, y apoyamos los proyectos, yo los veo como un potencial», finaliza Lilia Vinueza directora del Centro de Privación de Libertad Napo Nº 1.

Por décadas, la Iglesia a través de Cáritas, ha estado cerca de las personas privadas de libertad. Gracias a los voluntarios y voluntarias, quienes han dedicado su vida y su tiempo. En su caminar y experiencia dan fe de su amor y su entrega.

«Acompañar el voluntariado de la Pastoral Penitenciaria de Cáritas Tulcán, es gratificante porque en ellas y ellos vemos el rostro de Jesús. Ya son cinco años que acompañó al coro de la misa al interior de la cárcel. He dado cursos de guitarra a los hermanos y hermanas y eso me llena de alegría. Las personas que están en la cárcel son las más vulnerables y olvidadas de la sociedad y eso me motiva aún más para acompañarlas ya que esas personas también tienen dignidad», Carlos Ayala, voluntario de Pastoral Penitenciaria en Cáritas Tulcán.

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