Quito, septiembre de 2025.
En el marco del Mes de la Creación 2025, bajo el lema “Paz con la Creación”, se desarrolló en Quito el Encuentro Nacional sobre las “Orientaciones Pastorales de las Iglesias frente a la Minería”, con la participación de delegaciones de distintas regiones del país, comunidades de fe y organizaciones comprometidas en la defensa de la vida y los territorios.
Durante los días 19 y 20 de septiembre, difrentes delegados de organizaciones y de los territorios reflexionaron de manera comunitaria sobre los impactos del extractivimo en Ecuador, iluminando el camino desde la fe, la Doctrina Social de la Iglesia y la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco.
El encuentro contó con la intervención de Mons. Geovanni Paz, Mons. Adalberto Jiménez y Natalia Sierra, quienes animaron un discernimiento colectivo frente a los desafíos del extractivismo.
El encuentro se centró en la socialización y análisis de la versión popular de las Orientaciones Pastorales frente a la Minería, elaborada por el CELAM y la Red Iglesias y Minería. Este texto recoge el clamor de las comunidades empobrecidas y de la Madre Tierra, denuncia los impactos sociales y ambientales del modelo extractivista y propone caminos hacia una conversión ecológica y un pos-extractivismo justo.

Entre sus principales llamados destacan:
• Escuchar el grito de las comunidades que enfrentan la devastación minera.
• Defender el agua y los bienes comunes como derechos fundamentales.
• Acompañar a los líderes y defensores socioambientales que sufren amenazas y persecución.
• Fortalecer la pastoral ecológica en las Iglesias locales, articulando fe, justicia y defensa de la vida.
• Impulsar alternativas económicas sostenibles y el diálogo con otras espiritualidades que cuidan la Tierra.
Una Iglesia comprometida con la vida
El encuentro concluyó con la reafirmación del compromiso de las Iglesias locales con una carta publica para acompañar a las comunidades afectadas, promover la justicia socioambiental y construir, desde la fe, nuevos modelos de vida y desarrollo en armonía con la Creación.
Encontrarnos y compartir fraternalmente lo que se vive en los territorios fue un signo de esperanza y de unidad pastoral frente a los desafíos del extractivismo en el país.
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