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Es el mensaje que propone el papa Francisco para celebrar la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, que se recuerda cada 11 de febrero a nivel mundial. Esta fecha fue instituída el 13 de mayo de 1992 por el Papa Juan Pablo II. Desde ese momento cada año este día simboliza la voluntad de ponerse al servicio del otro, del prójimo, para ayudarlo y acompañarlo en su padecimiento.

Para esta jornada, el Papa invita a reflexionar “sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”.

Es importante que toda la Iglesia en lo que se refiere a la enfermedad, “se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para llegar a convertirse en un auténtico “hospital de campaña”, menciona el Papa Francisco. “Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado. Todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”.

Para el P. Verdi Plaza, director de Pastoral de la Salud de la arquidiócesis de Portoviejo, el mensaje del Papa Francisco, es una invitación sinodal que va muy bien en el tema del acompañamiento al enfermo. “En este camino sinodal cuidar del enfermo significa contemplar desde la compasión y por lo tanto la palabra enfermo viene siendo infirme sin firmeza, por lo que el camino sinodal es caminar con el débil”.

En este caminar y en las diferentes terapias hay que ser buenos contempladores y ser buenos cuidadores, ya que en ocasiones hay que fortalecer la compañía, el no ser indiferentes con el prójimo es una vocación de vida, “no basta con que hagamos la oración, invita a pensar en el otro, en mi hermano, mirarlo fraternalmente ya que el otro soy yo”, manifiesta el P. Verdi.

La cultura del descarte preocupa, se debe fortalecer la experiencia y sabiduría de vida de la familia y la sociedad, “es importante animar a las personas a orar por los cuidadores, a ilustrarnos en el ambiente de un pastoreo en salud y llenarnos de esperanza, la salud no solo es médico científica, sino que es algo mucho más espiritual y profundo, que nos lleva a contemplar que no solo es salud bilógica, sino que es salud biográfica porque la historia de un enfermo, de un paciente, tiene una historia que contar. Aprender a confiar en la terapia pastoral y presencia del señor”. Finaliza el P. Verdi Plaza.

El 11 de febrero de 2023, miremos también al Santuario de Lourdes como una profecía, una lección que se encomienda a la Iglesia en el corazón de la modernidad. No vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado. Papa Francisco

Descarga AQUÍ el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del Enfermo de este año. 

CategorySalud
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