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COMUNICADO FINAL

Encuentro de diálogo de la Red Eclesial Pan-amazónica REPAM Ecuador con los pueblos indígenas Amazónicos

Reunidos en Puyo, Amazonía ecuatoriana, los días 21 al 23 de Octubre de 2016, 143 personas, representantes de los pueblos indígenas Kichwa, Saraguro, Siekopai, Shuar y Achuar, el pueblo Afroecuatoriano que vive en la Amazonía, delegados de organizaciones indígenas locales y regionales, y representantes de las Pastorales Social e Indígena de los seis Vicariatos Apostólicos del Oriente ecuatoriano, obispos de los Vicariatos de Sucumbíos, Napo, Puyo, Méndez, Zamora, y el representante delegado por el Obispo de Aguarico, todos miembros de la Red Zona Oriente-Amazónica de la Pastoral Social Cáritas de todos los Vicariatos amazónicos; junto con miembros de Congregaciones religiosas que trabajan en la Amazonía del Ecuador, Servidores de la Iglesia Católica de las Nacionalidades Indígenas de Ecuador-SICNIE, delegados de la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos y Religiosas, y miembros de la Red Eclesial Panamazónica-REPAM provenientes de Brasil, Bolivia, Colombia, Guyana, Perú y Venezuela, y de redes internacionales de España, Inglaterra y otros países. Después de más de cinco años de caminar de la Red Zona Oriente Amazónica Ecuador de la Pastoral Social Cáritas, dialogamos sobre la realidad de las comunidades indígenas y de la región amazónica con respecto a sus planes de vida y anhelos profundos para un futuro más propicio, sobre los desafíos más urgentes y dolores que están viviendo debido al modelo de desarrollo extractivista predominante, así como sobre los caminos organizativos y de resistencia que han asumido, y especialmente sobre la relación entre la Iglesia Católica y las nacionalidades indígenas, para buscar espacios de mayor colaboración y un caminar más conjunto.

Tuvimos muy presente entre nosotros al Papa Francisco, y su llamado al cuidado de la casa común con especial énfasis en nuestra Amazonía como pulmón del planeta, y su insistencia sobre la importancia fundamental de los pueblos y comunidades tradicionales en el cuidado de la creación y sobre la necesidad de reconocerlos como aquellos que nos enseñan otros caminos para esa conversión ecológica que la Encíclica Laudato Si coloca como centralidad. Esa conexión con el Papa se hizo más fuerte con la presencia del Cardenal Claudio Hummes, OFM, amigo personal de Francisco, y a quien ha llamado cariñosamente “Cardenal de la Amazonía”, y quien es también presidente de la Red Eclesial Panamazónica –REPAM-, quien fue muy claro al expresar que “La Iglesia no habrá cumplido su misión en la Panamazonía hasta que los pueblos indígenas sean sujetos protagonistas de su propia historia”, y asimismo expresó, en continuidad con lo dicho por el Papa Francisco, un pedido de perdón a los pueblos indígenas por los errores cometidos por la Iglesia en tiempos pasados, y por la falta de acompañamiento en tiempos recientes, así como nos animó a hablar con transparencia y a ser osados en buscar nuevos caminos de colaboración desde el respeto de las propias identidades.

Este encuentro se une a los otros diálogos abiertos y fraternos de la REPAM con los pueblos indígenas, animando espacios donde sean los propios pueblos quienes expresen sus inquietudes y anhelos, y para consolidar un diálogo fructífero con la Iglesia en la Amazonía. En el encuentro hemos escuchado los gritos que vienen de la Amazonía ecuatoriana por los graves daños causados a la naturaleza debido al modelo de desarrollo y de explotación petrolífera, minera y agrícola, ocasionando atropellos, violaciones y vulneraciones de los derechos de los pueblos amazónicos. Es momento de defender nuestra madre naturaleza y nuestros territorios. No somos dueños de la Naturaleza, la cuidamos porque somos parte de ella. Nos preocupa también cómo estos daños están afectando a nuestras comunidades y organizaciones sociales y el debilitamiento de nuestra identidad cultural.

Delante de todo esto, hacemos un reclamo por la autodeterminación y el reconocimiento de nuestros planes de vida. Exigimos que se respeten nuestras decisiones y la riqueza de nuestra espiritualidad. Somos pueblos que traemos propuestas de vida para que nuestro planeta, así como nuestros hijos y los hijos de todos, puedan tener continuidad. Queremos que se reconozcan y se fortalezcan nuestros saberes, nuestra tecnología, nuestra educación y nuestros conocimientos ancestrales. La Amazonía no sólo tiene importancia por su biodiversidad, sino porque allí habitan los espíritus que nos siguen alimentado de sabiduría y de vida. Este es un llamado a todos los pueblos indígenas de la Amazonía para que nos unamos en este mismo sentir y en el empeño por construir un camino conjunto de defensa de la vida.

Como pueblos indígenas de la Amazonía en Ecuador, queremos una Iglesia que comparta nuestra vida cotidiana y acompañe nuestras luchas. Una Iglesia profética que reconoce la sacralidad de la naturaleza, que respete y valore la espiritualidad propia de los pueblos indígenas y que no se sienta dominadora de la selva ni de los pueblos que aquí habitamos. Una Iglesia implicada en todos los sentidos: que apoye nuestros planes de vida y la búsqueda de alternativas a este desarrollo que tanto daño nos ha causado. Una Iglesia que nos ayude a fortalecer nuestra organización y la formación de nuestros jóvenes. Necesitamos de los dos pies para caminar: la organización social y la espiritualidad. Uno no puede luchar sin espiritualidad.

Queremos que la Iglesia siga acompañando nuestros proyectos de vida, que se haga más presente, que luego de una experiencia de aprendizaje mutuo y en donde su presencia ha sido determinante para el nacimiento de instancias organizativas indígenas de gran importancia en el territorio, ahora asuma un papel de acompañar cercanamente las apuestas de los pueblos y sus organizaciones.

Queremos también promover una Iglesia con rostro Amazónico, que reconozca la riqueza cultural local, y que se animen caminos osados y sinceros para fortalecer el papel de los servidores indígenas de la Iglesia en la Amazonía, fortaleciendo y propiciando aún más un papel preponderante de los Diáconos permanentes de los propios pueblos, y para animar a que existan más misioneros-misioneras, religiosos-as, incluso Obispos, propios de la Panamazonía, que cuiden del rostro concreto de esta realidad tan diversa y esperanzadora. Este es un encuentro que soñábamos hace tiempo, aspirábamos a tener un diálogo entre agentes de la Iglesia y dirigentes de las propias comunidades indígenas. En el marco de este fructífero encuentro, éste ha sido un mensaje claro: cuando el pueblo se levanta para defender su vida, ahí está Dios.

Como resultado de los diversos diálogos previos con los pueblos indígenas en los 6 Vicariatos Apostólicos de la Amazonía del Ecuador, y de los profundos intercambios realizados en este encuentro en Puyo, compartimos algunos elementos que reflejan las orientaciones y acuerdos a los que hemos llegado:

  1. IGLESIA CON ROSTRO AMAZÓNICO
  2. QUÉ ENTENDEMOS POR IGLESIA CON ROSTRO AMAZÓNICO
  • Una Iglesia con mi propio rostro, con mi pensamiento y mi corazón como pueblo Amazónico.
  • Iglesia que se expresa en cada una de las culturas, reconociendo sus valores, su contexto social y ecológico, desde el idioma de los pueblos amazónicos, que vive y se fortalece a la luz del evangelio.
  • Una IGLESIA QUE COMPRENDA, RESPETE Y VALORE LA ESPIRITUALIDAD propia de los pueblos indígenas.
  • Una Iglesia que sea COMUNIDAD, que integre a TODOS – Que sea INCULTURADA
  • Como Iglesia, para acercarnos a los pueblos indígenas, debemos vivir con amor y sencillez, descubriendo la semilla del Verbo que hay en la cultura. No llegar a imponer.
  • La Iglesia implicada en todos los sentidos: en la producción, la cultura, las organizaciones, celebraciones, la educación en la diversidad, acompañando a los enfermos, que comparte con todos y da ejemplo.
  • Rostro amazónico no es sólo indígena, debe incluir las diversas culturas en la Amazonía.
  1. QUÉ ESPERAMOS DE LA IGLESIA EN LA PANAMAZONÍA
  • Que nos reconozca como pueblos LIBRES; nosotros ya teníamos fe antes que lleguen a nuestra tierra; esperamos que quienes respetan eso lo sigan haciendo, y quienes no, deben comenzar a hacerlo.
  • Que VIVA, ACOMPAÑE Y AYUDE a que se haga realidad esta Iglesia con rostro Amazónico.
  • Reconocer las organizaciones como fuerza de los pueblos indígenas; la iglesia debe respetarlas y apoyarlas.
  • Iglesia que reconoce el camino andado y que se dispone a acoger los nuevos desafíos que viven los pueblos.
  • QUE ESTÉ CERCANA A LA GENTE, que ACOMPAÑE y PERMANEZCA; que no sea una presencia golondrina.
  1. CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA CON ROSTRO AMAZÓNICO
  2. Incluyente, que esté con nosotros, que haga comunidad con nosotros.
  3. Iglesia encarnada en la realidad: defensora de la vida y de la naturaleza.
  4. Comprometida con la diversidad
  5. Cercana a las luchas sociales
  6. Que reconozca y valore la espiritualidad, identidad y la cultura de los pueblos.
  7. Que acompañe en el proyecto de vida amazónico de los pueblos de Ecuador.
  8. IGLESIA PROFÉTICA, que reconoce la sacralidad de la naturaleza, la identidad de los pueblos, y que no se siente dominadora de la selva ni de la gente que habita ahí.
  9. Que promueve los valores de los pueblos indígenas de la Amazonía
  10. NUESTROS PLANES Y PROYECTOS DE VIDA COMO PUEBLOS AMAZÓNICOS
  • Defender el territorio amazónico.
  • Conservar la biodiversidad y respetar a nuestra hermana madre tierra.
  • Proyectarse a valorar la amazonía próxima, desde cada uno de nuestros territorios sin olvidarnos que somos una sola Pan-amazonía
  • Recuperar nuestras prácticas ancestrales en salud, educación, producción, espiritualidad, y otras.
  • Una marcada preocupación por la juventud indígena y la continuidad de nuestra identidad. Recuperar nuestro idioma, la autoestima y el orgullo de ser indígenas amazónicos, pero también asumiendo lo positivo de la sociedad occidental, de forma que contribuya a nuestros proyectos de vida.
  • Que se respete la identidad de cada una de las nacionalidades amazónicas
  • Conocer y saber cuáles son los derechos de los pueblos indígenas
  • Hay amenazas fuertes y consistentes por fuera, pero también internas: hay incongruencias en los mismos dirigentes y politización de algunas organizaciones. Debemos retomar los diálogos y consensos.

III. EL MODELO DE DESARROLLO DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

  • Entender el modelo de desarrollo desde nuestras raíces y nuestros pensamientos, porque estamos pensando en un desarrollo occidental que nos enajena.
  • Cuidar nuestros territorios como prioridad, porque es nuestra herencia.
  • Valorar nuestros conocimientos, saberes y la propia tecnología, y desde ahí proponer nuestro modelo.
  • En los proyectos de vida se puntualiza que debemos defender nuestro territorio y a partir de esto diseñar un modelo de desarrollo que respete la madre naturaleza, y trasmitir sabiduría a nuestros jóvenes
  • Emprendimientos que partan de nuestra realidad y de nuestros valores. Proyectos que cuiden y protejan la naturaleza y la comunidad.
  • Sabemos que la cultura es cambiante. Pero debe ser desde nuestra identidad, respetando nuestra historia.
  • Responder a los impactos en nuestro territorio e identidad debido a: contaminación ambiental de las petroleras e industrias mineras, la deforestación por tala indiscriminada y expansión de frontera agrícola y ganadera, enfermedades relacionadas con la contaminación de las fuentes de agua y los alimentos por las industrias extractivas, los impactos de las carreteras que por un lado facilitan la vida y por otro generan mayores procesos de extracción, el no respetar procesos de consulta previa libre e informada, uso de agro-tóxicos, entre otros.
  1. LA MIRADA SOBRE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS
  • Participación activa en espacios de diálogo, con una actitud de disponibilidad y humildad, y con una genuina voluntad de consenso y respeto por los anhelos de los propios pueblos.
  • Con una Iglesia que acompaña el momento actual de las organizaciones, y que respeta desde un compromiso dispuesto a aportar en momentos difíciles.
  • Dar ánimo, apoyar a los jóvenes, capacitar, dar ejemplo, y ser testimonio creíble y coherente.
  • Unir fuerzas, construir juntos entre pueblos e Iglesia a pesar de los errores.
  • Pedir a los líderes que dejen los intereses políticos e individuales, conversar con la comunidad, buscar diálogo, pensar en el futuro de manera consensuada y según las propias costumbres.

http://redamazonica.org/2016/11/vivir-la-selva-la-selva-sin-destruir-la-selva-nos-reconocemos-parte/

 

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