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El proyecto Plenitud de Vida, liderado por Cáritas Ecuador, se ejecuta también en diversas comunidades de la provincia de Bolívar y tiene el objetivo de fortalecer y contribuir al Desarrollo Humano e Integral de las mujeres y sus familias en situación de vulnerabilidad por pobreza extrema, mejorar la seguridad alimentaria y el acceso a la educación de niños, niñas y adolescentes.

Cáritas Austria, financia el proyecto que Coordina la Pastoral Social Cáritas Ecuador, en articulación con otras organizaciones sociales en 10 provincias del país, el mismo que tiene una duración de 5 años. Desde que empezó el proyecto, se ejecutan diversas actividades para alcanzar los objetivos y resultados esperados con las comunidades beneficiadas.

Es así que, en 8 comunidades de las parroquias: Salinas, San Simón y Simiatug de la provincia de Bolívar, se desarrollan algunas actividades como: fomentar la seguridad alimentaria de las familias, contribuir para que los niños, niñas y adolescentes accedan y permanezcan en el sistema educativo formal, fortalecer las capacidades de las organizaciones en la construcción de una vida libre de violencia y una cultura de paz.

En ese sentido, el pasado jueves 19 de octubre, más de 50 mujeres de las comunidades de: Allago, Cocha Colorada, Pambamesa, Yurak Uksha, Verdepamba, Shacundo, Yataló, El Tingo, Serrana, Natahua y Yuyimundo, participaron en el taller: “Encuentro para reconocer nuestros derechos y comprender la importancia de la igualdad de género en nuestras vidas”, que contó con la colaboración de Geraldina Guerra, como facilitadora del encuentro, quien es la coordinadora de la Red Nacional de Casas de Acogida. El encuentro se realizó en la Fundación Promoción Humana Diocesana de Guaranda.

Los temas que se abordaron en el taller fueron: “Reconocernos quienes somos, poder decir que somos y que queremos”, menciona Geraldina, quien destaca que se compartió, el conocimiento sobre la igualdad de género, “como sentirnos libres de expresar quienes somos, pues las mujeres de los páramos tienen mucho que decir, por ejemplo: ¿Qué significa hablar sobre la plenitud de vida en el páramo y como engloba la integralidad de la vida?”.

Geraldina Guerra, lamenta que en la sierra ecuatoriana y en los altos páramos, todavía el cuerpo de las mujeres está atravesando por mucha discriminación y exclusión, “se nota en la postura de las mujeres, desde cómo se sientan, tienen miedo de no expresarse durante siglos, que no sirve el trabajo que realiza, eso hay que romper, es el primer paso que hay que dar”.

Según, datos de la encuesta nacional de violencia, la sierra ecuatoriana, sufre gran incidencia de violencia física en las mujeres indígenas. En la provincia de Bolívar, 28 de cada 100 mujeres son víctimas de violencia. “Es lo que se conoce, sabiendo que las encuestadoras no llegan a los páramos, son mujeres a las que muy poco se les pregunta”, enfatiza Geraldina.

Por ello, es importante destacar, “esta sinergia que surge entre Cáritas Ecuador y las organizaciones para trabajar y tener la oportunidad de impulsar nuevas iniciativas e ideas, y poco a poco ir construyendo una sociedad libre de violencia”.

Tomasa Talahua, de la parroquia Simiatug de la comunidad Cocha Colorada y promotora agroecológica, quien participo del taller de Violencia de Género, considera que “el proyecto que impulsa Cáritas y Promoción Humana, nos ha ayudado para aprender muchas cosas, estamos año y medio trabajando. Iniciamos con talleres y hemos aprendido a preparar violes, abonos y humus para tener nuestros propios huertos agroecológicos”. En cuanto a la alimentación, “hemos aprendido a preparar platos saludables y nutritivos para la familia, ya no utilizamos químicos, sino abonos naturales. Así mismo, estar en el taller de violencia de género ha sido una buena experiencia, porque se ha compartido con mujeres de otras comunidades y a valorar el trabajo que hacemos”.

Recordemos, que el proyecto que se ejecuta junto a las comunidades, inició con capacitaciones para implementar huertos con enfoque agroecológico que incluye una combinación de técnicas ancestrales con conocimientos modernos.

Para Vilma Poaquiza, de la comunidad Allago de la parroquia Simiatug, “las comunidades olvidadas ahora somos tomadas en cuenta, gracias de Cáritas Austria. Nosotros ahora, estamos cultivando todo tipo de hortalizas para mejorar la nutrición de los niños y también ayuda en la economía del hogar, así como la salud de las familias.”

La entrega de becas escolares a niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, se lo hace de acuerdo al rendimiento de los estudiantes, que es otro de los propósitos del proyecto.

Segundo Caiza, docente de CECIB de la Unidad Educativa Guaranda en la comunidad Allago, señala que seis niños de la institución son apoyados con las becas escolares, “las mismas que son de gran ayuda para sus estudios, sirve para la compra de útiles escolares y otros insumos. Así mismo, con los alumnos de la institución tenemos un huerto agroecológico, donde se siembra, acelga, remolacha, zanahoria, espinaca, zuquini, cilantro y perejil, por lo que se aprende a valorar la pachamama, la tierra”.

La comunidad de Shacundo, de la parroquia San Simón, también participa del proyecto Plenitud de Vida. “Las mujeres de la comunidad, valoramos mucho lo que hasta ahora hemos recibido, nos han capacitado con charlas de cómo preparar los violes y humus para producir nuestros huertos agroecológicos. Nos han ayudado con becas, hay muchos niños que desean seguir estudiando y necesitan de las becas escolares. El taller de género nos ha servido para valorarnos más como mujeres y salir adelante”, comenta Ana Lucía Chimbolema, de la comunidad de Shacundo.

El proyecto Plenitud de Vida, que financia Cáritas Austria y que tiene una duración de 5 años se encuentra en 10 provincias del Ecuador. La Pastoral Social Cáritas Ecuador, la Red Nacional de Casas de Acogida, la Fundación María Amor, la Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y la Fundación Maqui Mañachi,  se unen para contribuir al desarrollo humano e integral de NNA, mujeres y sus familias en situación de vulnerabilidad por pobreza extrema, violencia basada en género, mediante la seguridad alimentaria, el acceso a educación de niños, niñas y adolescentes, el fortalecimiento de la Red Nacional de casas de acogida, el fomento del derecho a la vida libre de violencia y el empoderamiento económico de las mujeres.

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