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COMUNICADO

Red de Pastoral Social Cáritas Ecuador

21 abril 2016

Sal de la tierra

(Reflexión inspirada en las palabras de Mons. Giovanni Nervo, presidente de Cáritas Italiana, después del terremoto de la provincia del Friuli en 1976)

La sal da sabor a los alimentos. Sin sal no tienen sabor. Lo que da sabor profundo, esencial a la vida es el amor: estar seguros de ser amados y amar a los demás. Para poder amar es necesario tener la seguridad de ser amados, que puede nacer sólo de la experiencia.

La fe en resumidas cuentas es la seguridad que Dios existe, es Amor, nos ama y es también nuestro “sí” al amor de Dios  con un compromiso inmediato de amar a todos los hombres porque son hermanos nuestros. De esta manera el cristiano, que está seguro de que Dios lo quiere, que da su respuesta al amor de Dios, que ama a sus hermanos, es sal de la tierra.

En este momento la tragedia que ha golpeado el país nos invita con una llamada fuerte a ser sal de la tierra con el testimonio del amor fraternal. Nuestros hermanos están viviendo una dura prueba de fe, que en muchos aspectos se parece a la de Job. Es la historia de casi todos: largos años de trabajo, ahorros, esfuerzo, sacrificios para construirse la casa, sencilla, decorosa, sólida.

45 segundos de terremoto arrasaron con  todo: la fatiga de una vida, los objetos más queridos, la seguridad por la vejez.

¿Cómo seguir llamando a Dios con el nombre de Padre cuando permitió todo esto?

En el profundo misterio del dolor  la ayuda más grande para poder continuar creyendo en el Amor de Dios es el amor coherente de los hermanos cercanos y lejanos, que mediante su hermandad hacen re-encontrar la seguridad en el amor del Padre nuestro que está presente, en medio de este desastre.

Nos sentimos, como familia de la Iglesia, cercanos a todos los hermanos/as afectados por el terremoto.

En este momento la tragedia que ha afectado las comunidades de la costa ecuatoriana, sobre todo Manabí y Esmeraldas nos pide, casi a gritos, ser solidarios con nuestros hermanos.

Muchas personas de buena voluntad de grupos de Cáritas, parroquias, comunidades, quieren hacer algo, llevar una ayuda. ¿Cómo podemos hacerlo de la mejor manera?

Por ahora nos parece oportuno:

  • Colaborar con la Secretaría de Gestión de Riesgos con el pedido de donaciones de acuerdo a las necesidades en los centros de acopio establecidos en las localidades (es más oportuno sumarnos a las acciones ya planificadas y organizadas antes que abrir otros frentes, por ahora)
  • En el tema de voluntariado, coordínense con las entidades que están canalizando estas actividades de acuerdo a perfiles y necesidades.
  • Contactos con la Cruz Roja nos indican la escasez de pintas de sangre. Pueden canalizar el acercarse a los puntos de donación .
  • Si tienen algún contacto con alguna parroquia afectada, o con las diócesis en emergencia, consulten directamente con ellos para viabilizar ayudas que sean soluciones y no un empeño más o carga para las parroquias afectadas.
  • En cualquier caso desde ahora (¡y por unos meses más!)pueden activar colectas, bingos, actividades para recaudar fondos que pueden hacer su contribución:

 

A la Cuenta Corriente del Banco del Pichincha Número 3085358804 a nombre de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, RUC 1790100219001

Para las primeras acciones en esta emergencia nos sumaremos a los que están coordinando el Gobierno y los COEs cantonales, en las próximas semanas, y como las consecuencias del desastre lamentablemente, seguirán por mucho tiempo y las necesidades muy profundas, nuestra IGLESIA debe estar alerta y disponible, daremos otras sugerencias para unas ayudas organizadas y estables en el tiempo.

Unidos en las pruebas, con la esperanza que nos da el Señor.

Mons.  Walter Heras Segarra, OFM

Obispo de Zamora

Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social

 

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