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El pasado 25 de febrero finalizó la capacitación: “sensibilización en prevención de violencia basada en género” (VBG),  que se realizó en los cantones de: Ibarra, Otavalo y Pimampiro,  y que se ejecutó a través del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades para grupos de mujeres e instituciones locales de Imbabura para participar activamente en iniciativas de igualdad de género, empoderamiento de la mujer y/o prevención de la violencia basada en género”,  mediante un convenio entre la Embajada de Canadá, Pastoral  Social Cáritas Ecuador y Cáritas Ibarra y que inició en julio de 2021.

Sobre el evento de cierre

Con una ceremonia muy emotiva culminó el cierre del proceso de formación, donde las mujeres que participaron de los talleres fueron las protagonistas e invitadas especiales del programa de clausura que organizó la Pastoral Social Cáritas Ibarra, liderada por el P. Juan Carlos Flores  y Claudia Gallardo, referente nacional de Protección e Incidencia del área de movilidad humana de Cáritas Ecuador, también estuvo presente Carolina Peña, consultora de Género y William Guerra, coordinador operativo de la Cruz Roja de Otavalo.  El evento se desarrolló en el Comedor Juan Pablo Segundo de Cáritas Ibarra.

En el evento se presentó el informe final del proyecto y también el informe de análisis de género que se realizó en Ibarra y que estuvo a cargo de la consultora en género Carolina Peña.  También hubo música, se entregó un certificado a cada una de las participantes y finalmente se compartió un almuerzo con todos los asistentes, alrededor de 90 personas.

Sobre el proyecto

En las capacitaciones sobre: “sensibilización en prevención de violencia basada en género” (VBG), se abordaron temas sobre empoderamiento y prevención de la violencia, movilidad humana e igualdad de género. Temas que durante seis meses llegó a centenas de mujeres migrantes, afroecuatorianas y kichwas de la ciudad de Ibarra. El proceso de formación culminó con la participación de 73 mujeres y 1 hombre.

Según Claudia Gallardo, referente nacional de Protección e Incidencia del área de movilidad humana de Cáritas Ecuador,  la idea de este proyecto nace a partir de las cifras de violencia contra la mujer, a lo largo de la vida han sido alarmantes, como lo dicen las cifras de las encuestas de la violencia contra la mujer realizadas por el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC).  Donde señala que 65 de cada 100 mujeres, han experimentado algún tipo de violencia en algún momento de su vida. Esto quiere decir que, si miramos alrededor nuestro, al menos 6 mujeres de las 10 que tenemos cerca vivieron algún tipo de violencia.

Datos de violencia según el INEC y el porque de este proyecto

Se han identificado varios tipos de violencia:

  • Violencia psicológica (56. 9%)
  • Violencia física (35. 4%)
  • Violencia sexual tenemos (32.7%)
  • Violencia patrimonial el (16.4 %)

Estas cifras nos dicen, que al menos 3 mujeres de cada 10 han vivido este tipo de violencia.  En otro estudio que se realizó en mujeres refugiadas y migrantes, la conclusión a la que se llegó fue de que, al menos el (49.5%) sufrieron violencia psicológica, violencia física (40.4% violencia sexual (17.9%) y violencia patrimonial (17.5%).

Estos fueron los antecedentes para tomar esta decisión con este tipo de proyectos, menciona Claudia Gallardo, quien agrega también que existen números agravantes de violencia que vivieron mujeres migrantes y refugiadas en su país de origen o cuando llegaron a Ecuador. El tema de acoso sexual también se presenta ante la condición de migración, tal como lo reflejan las siguientes cifras.

En cuanto a la incidencia de tipos de violencia sexual distribuida por país de salida, tenemos las siguientes cifras:

En Ecuador

  • Acoso sexual (56%)
  • Sexo forzado por chantaje (30%)
  • Violencia por la fuerza/armas (22%)
  • Sexo forzado por dinero (50%)
  • Intento de ataque sexual (37%)
  • Manosear cuerpo contra voluntad (22%)

En Colombia

  • Acoso sexual (39%)
  • Manosear cuerpo contra voluntad (75%)
  • Intento de ataque sexual (59%)
  • Sexo forzado por chantaje (66%)
  • Violación por la fuerza/armas (77%)
  • Sexo forzado por dinero (43%)

Otro país

  • Acoso sexual (4%)
  • Manosear cuerpo contra voluntad (3%)
  • Intento de ataque sexual (4%)
  • Sexo forzado por chantaje (5%)
  • Violencia por la fuerza/armas (2%)
  • Sexo forzado por dinero (7%)

Incidencia total

  • Acoso sexual (34%)
  • Manosear cuerpo contra voluntad (21%)
  • Intento de ataque sexual (25%)
  • Sexo forzado por chantaje (15%)
  • Violencia por la fuerza/armas (18%)
  • Sexo forzado por dinero (5%)

«Es así que, desde Caritas Ecuador, sentimos la necesidad de dar respuesta, como dice el Papa Francisco, de no mirar al costado y  por eso nos contactamos con la Embajada de Canadá, que tiene el compromiso para trabajar por la erradicación de la violencia y dijeron adelante», puntualiza Gallardo.

Se pensó que este proyecto debería ser trabajado con la comunidad y fortalecerla, ya que las personas están en el día a día. Que las capacitaciones, informaciones y sensibilización se queden en las mujeres y se reproduzca con los vecinos, porque el tema de la violencia de género, no solo tiene que hablarse entre mujeres, es un diálogo social en el que deben participar todas y todos, donde participen actores locales, docentes, instituciones y organizaciones. “Trabajar entre hombres y mujeres, y como Iglesia, tenemos que acompañar en este tipo de procesos, como lo dice la doctrina social de la iglesia”, finaliza Claudia Gallardo.

Resultados del proyecto

El proyecto logró capacitar a decenas de mujeres de Otavalo, Ibarra y Pimampiro, y estos son los resultados:

SENSIBILIZACIÓN EN PREVENCIÓN DE VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO (VBG)

  • 73 mujeres y 1 hombre son capacitadas y sensibilizadas en VBG.
  • 320 personas reciben replicas por parte de las/os voluntarias
  • 350 actores locales son capacitados y sensibilizados en VBG

En las capacitaciones que se brindó durante este tiempo, se escucharon varios testimonios de vivencias y experiencias, a las que se han enfrentado decenas de mujeres y que hoy son sobrevivientes, así nos describe María Medina, voluntaria de los talleres.

“El taller nos fortalece en conocimiento respecto a lo que es violencia y que a veces entendemos que violencia es solo agresión física y en estos talleres hemos tenido conocimiento de que hay muchas formas de violentar a una persona como son: nuestros derechos, nuestra manera de pensar y actuar. Gracias a los talleres que nos dan, nos fortalecen como personas y como mujeres. Nos ayudan a compartir con otras mujeres lo que es su cultura, sus vivencias y entender que no somos las únicas y podemos articularnos con ellas en diferentes aspectos como: sentimientos, conocimientos y dinámicas, incluso en obras de teatro para expresar los que hemos vivido y sentido en cualquier momento de nuestras vidas”.

En su intervención el P. Juan Carlos Flores, Vicario Episcopal de Cáritas Ibarra, agradeció a la población migrante y local por culminar la etapa de capacitación durante los seis meses que duro el proyecto, se llega a una “feliz conclusión, nuestro agradecimiento a la Embajada de Canadá, ella, a través de Cáritas nacional ha hecho posible llegar a cada uno de ustedes”

Es importante mencionar a las instituciones y personas que participaron de la formación, indica el sacerdote, como son: representantes del Consejo Cantonal de Protección de Derechos de Otavalo, Antonio Ante, docentes y estudiantes de la Universidad Técnica del Norte, Fundación Carita Feliz Hayli, Junta Cantonal Otavalo, coordinadores y docentes de desarrollo integral y representantes de juntas parroquiales, quienes se capacitaron en empoderamiento de la mujer y la prevención de la violencia basada en género.

El proyecto ha sido único, indica el P. Juan Carlos Flores, quien destaca que el aprendizaje “ha tenido mucho sentido permitiendo que las mujeres dominen conocimientos y medidas que les permita ser referentes comunitarios y multiplicadores de acciones de prevención contra la erradicación de la violencia basada en género”.

Así mismo, se refirió al último conflicto social que esta viviendo el mundo y es lo que está pasando entre Rusia y Ucrania, “vemos con tristeza lo que la violencia puede generar, no solo en el ámbito internacional, sino los problemas como la migración, por lo tanto, todo tipo de violencia es condenable, nos damos de una sociedad moderna que no tiene tabúes, prejuicios y sin embargo hoy vemos como la violencia merma a la persona humana y destruye la dignidad”.

Y por eso, nosotros también en ese sentido, señala el P. Juan Carlos Flores, “queríamos poner este granito de arena para poder ayudar a las personas que han sufrido violencia o que se encuentren en un medio hostil, puedan salir adelante mediante estos procesos, por eso nosotros nos alegramos de poder acompañarles, esto es una parte del proceso, el resto viene en la vida diaria, con estos conocimientos, con todo lo que se han empoderado, el que pueda ayudarles a cada uno de ustedes, especialmente en esas situaciones difíciles a que puedan encontrar salidas para ir venciendo la violencia o talvez ayudar a otras personas”.

Resultados: Análisis de Género

En la ceremonia de clausura se aprovechó para presentar los resultados y metodología que se usó para desarrollar el análisis de género, que estuvo a cargo de la consultora Carolina Peña, quien fue la encargada de realizar el estudio en cuatro ciudades: Cuenca, Ibarra, Lago Agrio y Quito. En las encuestas participaron 118 personas, 77 mujeres, 39 hombres, 1 no binario y 1 persona que prefirió no decir su género. Las edades de los encuestados oscilan entre los 20 y 38 años.

El estudio micro comprendió un análisis de las relaciones entre hombres y mujeres.  Para el levantamiento de la información se hicieron encuestas y grupos focales para conocer ciertas experiencias, expectativas, oportunidades y desafíos sobre algunos temas, como: el trabajo, la situación migratoria y el acceso a servicios básicos, actividad económica y empleo, violencia en el ámbito laboral y social, roles de género y acceso hacia la justicia, la salud y educación.

Según la encuesta se identificó que el 92% de los hombres y el 66% de las mujeres se reconocen como el sostén económico de su hogar, al igual que la persona no binaria y la persona que prefirió no decir su género.  El 52% de las mujeres y al 41% de los hombres se dedican a las ventas ambulantes, en promedio los hombres ganan $16 más que las mujeres, aun cuando las horas dedicadas a ese tipo de trabajo solo es mayor en promedio en dos horas para los hombres.

Con respecto al tema de la violencia en el ámbito laboral, de forma general, el género femenino recibe más agresiones en el ámbito laboral, donde su principal agresor son los clientes. Mientras que las personas del género masculino reciben las agresiones en su mayoría por parte de sus patrones o jefes.

En cuanto al tiempo de trabajo, se observó que en promedio hombres y mujeres dedican tiempos similares a actividades remuneradas. Existe una mayor proporción de hombres (22%) que dedicó más de 40 horas semanales al trabajo frente a la proporción de mujeres (9%).

Otra de las características que contempla el estudio, son las agresiones sexuales en el espacio público que son comunes, donde se acercaban ofreciéndoles dinero a cambio de sexo, asumiendo que se dedican al trabajo sexual, un estereotipo bastante marcado en personas en situación de movilidad humana.

Otros datos

Violencia sexual:

  • En cuanto a las agresiones sexuales en los espacios públicos, 21 mujeres en las cuatro ciudades reportaron haber recibido piropos groseros de tipo sexual o sobre su cuerpo. En Quito es donde más agresiones han recibido las mujeres, donde además cuatro mujeres fueron acosadas sexualmente por su condición de migrante y a dos le hicieron insinuaciones o pedidos sexuales “cuando yo he estado en el semáforo […] que me ofrecen tanto [dinero] para irme con ellos, me ha pasado” (GF mujeres, Ibarra).
  • La mitad de las víctimas no comentó a nadie lo sucedido esperando que la situación se calme por si sola, advirtiendo que no había necesidad o por vergüenza de comunicarlo. Solamente dos mujeres extendieron una denuncia frente a estos hechos, una fue aceptada y otra se encontraba en trámite hasta el momento de la encuesta.  Una de las victimas enfrentó un embarazo no deseado.
  • La ciudad donde más justifican la violencia por parte de sus parejas, es en Lago Agrio donde se mencionó como razones al manejo económico y otras justificaciones.

Violencia ginecobstétrica

  • Se registró que, durante la estadía en Ecuador, 11 mujeres han tenido un parto. De las cuales, el 27% considera que vivió algún tipo de violencia durante su atención de parto.

En cuanto a lo macro, el objetivo del estudio fue identificar y analizar las normativas, ordenanzas, leyes y políticas públicas generadas e implementadas en Quito, Ibarra, Lago Agrio y Cuenca en cuanto a la movilidad humana y su relación con el enfoque de género, finalizo la consultora Carolina Peña.

Como representante de los actores locales, estuvo el coordinador operativo de la Cruz Roja de Otavalo, William Guerra, quien felicito la iniciativa de este proyecto y el alcance que ha tenido en las personas. Espera que los aprendizajes no se queden hasta hoy, sino que las personas que se han involucrado continúen fortaleciendo y compartiendo el conocimiento de esta temática a todas las personas, “como institución humanitaria, estamos marcando para poder prevenir esta situación de la violencia basada en género, felicitaciones por las actividades que realizan como institución”.

Para cerrar con broche de oro la ceremonia de clausura del proyecto, se entrego a cada de una de las mujeres que asistieron a los talleres de formación un certificado de participación, avalando su compromiso de ser generadoras de cambio para seguir construyendo una sociedad sin violencia de género, quienes dijeron sentirse fortalecidas y agradecidas con este proceso formativo.

Testimonios

Amanda Méndez

“Yo solo tengo palabras de agradecimiento para ustedes, de todo este proceso formativo del que hemos sido parte, porque nos ha ayudado a fortalecer más nuestro carácter y que muchas nosotras desconocíamos hasta qué punto estábamos siendo violentadas.  Esto fortalece nuestro espíritu, nuestras ganas de seguir adelante, no solo por nosotras sino por nuestros hijos, por nuestras hermanas, por las mujeres que vienen detrás de nosotros, a quienes podremos inculcar a vivir una vida libre de violencia, donde nuestros derechos sean respetados y que nos tomen en cuenta por ser forjadoras de vida.  Como una sobreviviente de violencia, mi compromiso después de todos los aprendizajes es seguir replicando lo que he aprendido. Agradezco a Cáritas y a la Embajada de Canadá”.

Doris Cevallos

“Es un honor estar aquí y compartir con ustedes todo lo que he vivido en este proyecto, agradezco a Cáritas, a cada uno de sus integrantes y a la Embajada de Canadá por toda la colaboración en todos los sentidos, no solo con el proyecto, sino con exámenes, medicamentos y la ayuda psicosocial”.

Edelmira Brito

“Soy una sobreviviente de violencia.  Si en el momento que me paso eso, hubiese sabido mis derechos, la realidad hubiera sido otra. Gracias a este proyecto he podido educar a otras mujeres para que no pasen lo que yo pase, de hecho, fui puente para que una persona saliera de ese círculo y ahora es una persona que está empezando desde cero, estos talleres ayudan y sería bueno que lo sigan implementado. De nuestras vulnerabilidades, surgen las fortalezas, así nos caigamos 10 veces, 11 veces, nos tenemos que levantar y seguir adelante”.

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