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Los proyectos que se desarrollan con las diversas jurisdicciones eclesiásticas y que son acompañados por técnicos de Cáritas Ecuador y Cáritas Diocesanas en las comunidades beneficiarias, apuntan a mejorar la calidad de vida de la población en el marco del Desarrollo Humano Integral y Solidario (DHIS).

Fortalecer las capacidades organizativas, sociales, productivas y económicas de las comunidades, así como consolidar el proceso de formación a promotores comunitarios y familias en liderazgo, educación nutricional familiar, agroecología y educación financiera, son algunos de los objetivos que buscan los proyectos.

Uno de esos proyectos es el que se desarrolla en la provincia de Esmeraldas. Conversamos con José Néstor Lemos, técnico del Vicariato Apostólico de Esmeraldas quien acompaña a varias familias de la parroquia Borbón del cantón Eloy Alfaro y que su trabajo directo es involucrarse con la comunidad, conozcamos cómo es su participación en el programa.

Destaca que su participación como técnico “es una propuesta muy interesante porque no solo se trabaja en el campo en lo productivo, sino que acompaña a los beneficiarios en el DHIS, que es mucho más que solo producir, pues se toma en cuenta la formación integral de la persona que va acompañado por fortalecimiento de capacidades organizativas y sociales, esto lo convierte en una oferta diferente donde se toma en cuenta a la persona. Es una satisfacción muy grande para cualquier técnico que se compromete con el desarrollo de la comunidad”.

José Néstor, ¿Desde que el proyecto empezó a ejecutarse en las comunidades, que resultados se han alcanzado, por favor nos puede mencionar algunas?

“Se ha logrado formar a las familias en distintos temas, de acuerdo a las directrices del DIHS, manejo financiero de los presupuestos familiares, el establecimiento y desarrollo de las actividades enmarcadas en el proyecto.

Otro de los alcances, es la siembra de parcelas donde se cultiva productos para la seguridad alimentaria con énfasis en cacao que es un dinamizador de la economía local, cultivos de plátano, yuca, entre otros como la crianza de peces, pollos, cultivo de ciclo corto de maíz arroz, crianza de cerdos y la crianza de peces como tilapias.

Durante a pandemia se dotó a las familias de insumos para el cuidado personal. Se entregó productos como mascarillas, jabón y alcohol, se entregó también semillas para sus huertos. Se les capacitación en educación financiera y alimentación familiar saludable. Muy pronto estaremos dando resultados en lo referente al secado y comercialización del cacao”.

¿Tengo entendido que uno de los beneficios que ha recibido la comunidad fue la instalación de filtros y tanques de agua, como fue el proceso?

“El proyecto en su constitución fue dotar agua de calidad a las familias. Es así que se identificaron a treinta familias participantes del proyecto que tenían agua entubada en su comunidad pero que no estaba apta para el consumo directo a las familias.

Se les dotó de filtros de agua de conversión inversa, y a las familias restantes se les entregó un tanque de capacidad de 600 litros para que puedan almacenar agua durante el tiempo que no pueden disponer del servicio. En una comunidad se dotó de un tanque de 5000 litros para que dé servicio a toda la comunidad y dar este benéfico no solo a las familias participantes sino a toda la población del Reposo, ahora pueden consumir agua apta para el consumo humano”.

«Antes nos tocaba comprar un bidón de agua y ahora con el filtro que nos ha dado es de mucha ayuda porque ahora mi familia y yo podemos consumir agua limpia y sana. Así mismo los beneficios que hemos recibido del proyecto de desarrollo productivo, nos hemos reencontrado con la comunidad, quienes están dentro de las cajas de ahorro y crédito donde las familias se benefician, antes estábamos dispersos hoy nos conocemos con toda la comunidad». Víctor Castillo, beneficiario del proyecto de desarrollo productivo, Esmeraldas

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